Mostrar, no Solo Decir



Marzo 8, 2019
Mostrar, No Solo Decir
 Arlene Pellicane

La Verdad de Hoy

Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza. (Proverbios 14:23, NIV)    

Entre Amigas

Voy a dejar de perder el tiempo en la televisión.
Voy a perder veinte libras.
Me gustaría ayudar a los pobres.
Voy a mostrarles a mis hijos que soy el jefe de una vez por todas.
Me voy a consagrar en mi trabajo a partir de mañana.

¿Alguno de estos sentimientos te suena familiar? En algún punto, llegamos a frustrarnos y nos hartamos y hacemos un voto apasionado de cambiar. Como cuando mi cara de cuarenta y tantos años estalla con acné porque comí demasiado chocolate el día anterior, prometo "¡No más chocolate hasta la Pascua!"

Pero, por desgracia, solo unos días después, si me dan chocolate o si encuentro un escondite secreto en mi casa, soy propenso a olvidar mis palabras y comer chocolate oscuro y delicioso en su lugar.

¡Puede ser difícil respaldar nuestras palabras con acciones! Sin embargo, las palabras sin acciones que respalden son débiles e impotentes.

El versículo clave de hoy nos recuerda que es un trabajo arduo que produce ganancias, no solo palabras, sin importar cuán poéticas o persuasivas sean. "Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse solo en palabras lleva a la pobreza."  El trabajo duro en un lado de la ecuación. Solo palabras por el otro.

Ahora, para muchos de nosotros, hablar es más fácil que trabajar. Pero hablar, sin trabajar, hará que los hombres y las mujeres sean pobres, tanto financiera como espiritualmente. Lo dice de esta manera Proverbios 10: 4 (NKJV[1]): "El que tiene una mano floja se vuelve pobre, pero la mano del diligente enriquece."

¿Conoces a alguien que habla mucho pero trabaja poco? Ahora no es gracioso que juzguemos rápidamente a los demás en función de sus acciones (¡no puedo creer que no se haya presentado como voluntaria!). Pero nos juzgamos a nosotras mismas basadas en nuestras intenciones (Bueno, estaba planeando ir pero surgió algo importante). Con los demás, especialmente los más cercanos a nosotros, exigimos justicia. Con nosotras mismas, tendemos a aplicar la misericordia.

Entonces, tomémonos un momento hoy para hacer un inventario de nuestra conversación y nuestro caminar. ¿Cumplimos con nuestros compromisos? ¿Trabajamos o simplemente hablamos de cuánto trabajamos? Si profeso ser una mujer cristiana, ¿actúo como tal? ¿Mi calendario, redes sociales, cuenta bancaria, factura de tarjeta de crédito y colección de películas confirman o contradicen quién digo que soy?

Ahora no te dejes llevar. Esto no significa que seas una persona legalista, enloquecida, y orientada hacia el trabajo. Retrocede a la ecuación abordada en el proverbio de hoy: trabajo duro por un lado, solo palabras por el otro. Se trata de deshacerse de discursos grandiosos y promesas vacías y palabras tontas. Se trata de acoger el trabajo duro, los buenos hábitos, la fidelidad y la diligencia. Diligencia significa “trabajo o esfuerzo cuidadoso y persistente”.

Leí este dicho en un comentario de la Biblia sobre el versículo clave de hoy: "La mano que se agita recibe un centavo". Hoy en día, no hay mucha gente dispuesta a agitar nada por solo un centavo. Nos interesan los esquemas de "hágase rico rápidamente" y los "3 sencillos pasos" para cualquier solución que necesitemos. Pero la manera de salir adelante en la vida es estar dispuesto a trabajar en un buen día ─ya sea en casa, en tu carrera o en tu vida personal.

El trabajo duro puede no ser popular o fácil de comercializar, pero realmente es el camino del crecimiento y el éxito.

Vamos a orar

Querido Jesús, Te doy gracias por amarme siempre tal como soy.  Ayúdame a abrazar el trabajo duro y a comprender el beneficio para mi vida. Perdóname por ser perezosa en ciertas tareas en mi vida. Permíteme trabajar sinceramente en todo lo que hago, como si estuviera trabajando para darle honor a Tu nombre.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

¿Dirían tus amigos que trabajas duro?

¿En cuál área en tu vida tienes que ser más diligente?

Más de las GiGs

Si estás casada, puede ser más fácil decir las palabras “te amo y te respeto” que en realidad vivir como si quisieras decir eso. Trabajar juntos en un matrimonio para edificar una casa feliz requiere esfuerzo, diligencia, y trabajo duro. Esto no sucede automáticamente. El libro de Arlene 31 Days to a Happy Husband, 31 Días para un Esposo Feliz, te mostrará como respaldar tus palabras con acciones.


Traducción: Norma Galvis.


[1] Nueva Versión King James, traducción personal.

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