Cuando Olvidar No es Suficiente



Marzo 29, 2019
Cuando Olvidar No es Suficiente
Sharon Jaynes

La Verdad de Hoy

“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.” (2 Corintios 1: 3-4, NVI)

Entre Amigas

He tenido algunas cosas que han sucedido en mi vida que solo quisiera olvidar muy pronto. Supongo que tú también. Pero tan pronto como empiezo a destruir el recuerdo y tirarlo a la basura, Dios dice: “Espera. Tengo un buen propósito para esa mala historia."


José también aprendió esa lección. José había sido vendido como esclavo por sus celosos hermanos, fue acusado ​​falsamente de acoso sexual, y dejado en prisión para morir. Entonces, Dios, milagroso lo rescató de la prisión y lo convirtió en el segundo al mando del Faraón Egipcio. A los treinta y siete años, José tenía dos hijos. A uno lo llamó Manasés, que significa "Dios me ha hecho olvidar todos mis problemas y la casa de mi padre."

El segundo hijo lo llamó Efraín, que significa "porque Dios me ha hecho fructificar en la tierra de mi sufrimiento."

Muchos años después de que nacieran sus hijos, José se enteró de que su padre, Jacob, estaba enfermo. Así que tomó a sus dos hijos, Manasés y Efraín, y viajó para una última visita.

Cuando llegaron, Jacob dijo: "Tráiganme a los niños para que yo pueda bendecirlos."

José llevó a sus hijos a la cabecera de su padre. Él puso a Efraín a su derecha, hacia la mano izquierda de Jacob y Manasés, su primogénito, a su izquierda hacia la mano derecha de Jacob. Pero en lugar de darle la bendición al primogénito de José, Jacob extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, aunque era el más joven.

Luego cruzó los brazos y puso la mano izquierda sobre la cabeza de Manasés.
José trató de impedir que su padre le diera la bendición al segundo hijo en lugar del primogénito, pero su padre se negó.

" ¡Ya lo sé, hijo, ya lo sé! También él gestará a un pueblo, y llegará a ser importante. Pero su hermano menor será aún más importante, y su descendencia dará origen a muchas naciones.” (Génesis 48:19). Así que él puso a Efraín delante de Manasés.

Qué hermosa ilustración. Sí, José tuvo una vida de problemas y sufrimientos a manos de quienes lo maltrataron, lo abandonaron, y lo traicionaron. Pero Dios no quería que él simplemente se olvidara de su sufrimiento como el nombre que Manasés insinuaba. Quería que fuera fructífero en su sufrimiento, como el nombre que Efraín insinuaba.

Es lo mismo contigo y conmigo. Dios no quiere que simplemente olvidemos el dolor del pasado. ¡Él quiere que seamos fructíferas en la tierra de nuestro sufrimiento! Úsalo para bien. Regresa a la verdad de hoy. Dios no nos consuela solo para hacernos sentir cómodas. Él nos consuela para ser capaces de consolar. Capaces de consolar a aquellos con el consuelo que hemos recibido. Ese es el buen fruto. ¿Cómo te está llamando Dios a usar tus historias aparentemente malas para un buen propósito?

Vamos a Orar

Amado Señor, Te doy gracias porque nunca desperdicias nada en nuestras experiencias de vida. El mundo dice, “Solo olvídalo” cuando se trata de nuestras luchas pasadas. Tú dices, “¡Solo úsalo! ¡Se fructífera!” Muéstrame las maneras en que puedo usar lo que he pasado para ayudar a otras personas. Señor oro para que me hagas fructífera en la tierra de mi sufrimiento.

En Tu Nombre,

Amén.

Ahora es tu turno

¿Has intentado simplemente olvidar tu pasado? ¿No funcionó, cierto?

¿Qué has pasado en tu vida que pudieras usar ahora para ayudar a alguien más?

Lee Romanos 8:28. ¿Qué crees que significa esto a la luz de las heridas y dolores en tu pasado?

Más de las GiGs

Dios anhela que hagas más que simplemente “olvidarte de esto.” Él quiere que conviertas “todas las cosas” de las que habla Romanos 8:28 en oportunidades de ministerio. Hermana, cuando empiezas a usar tus errores y heridas del pasado para la gloria de Dios, ¡Satanás no tiene más poder sobre ti! Él no puede usarlas contra ti nunca más. No sé de ti ¡pero eso me da ganas de gritar! ¿Estás lista para convertir tu herida en esperanza, tu dolor en propósito, y tus líos en un ministerio? Entonces mira mi libro, Tus Cicatrices son Hermosas para Dios: Cómo Encontrar Paz y Propósito en las Heridas de Tu Pasado. ¡Estaré animándote!


Traducción:  Norma Galvis

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