Cuando Olvidar No es Suficiente
La Verdad de Hoy
“Alabado
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de
toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de
Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.” (2 Corintios 1: 3-4, NVI)
Entre Amigas
He tenido algunas cosas que han sucedido en mi vida
que solo quisiera olvidar muy pronto. Supongo que tú también. Pero tan pronto
como empiezo a destruir el recuerdo y tirarlo a la basura, Dios dice: “Espera.
Tengo un buen propósito para esa mala historia."
José también aprendió esa lección. José había sido
vendido como esclavo por sus celosos hermanos, fue acusado falsamente de
acoso sexual, y dejado en prisión para morir. Entonces, Dios, milagroso lo
rescató de la prisión y lo convirtió en el segundo al mando del Faraón Egipcio.
A los treinta y siete años, José tenía dos hijos. A uno lo llamó Manasés, que
significa "Dios me ha hecho olvidar todos mis problemas y la casa de mi
padre."
El segundo hijo lo llamó Efraín, que significa
"porque Dios me ha hecho fructificar en la tierra de mi sufrimiento."
Muchos años después de que nacieran sus hijos, José
se enteró de que su padre, Jacob, estaba enfermo. Así que tomó a sus dos hijos,
Manasés y Efraín, y viajó para una última visita.
Cuando llegaron, Jacob dijo: "Tráiganme a los
niños para que yo pueda bendecirlos."
José llevó a sus hijos a la cabecera de su padre. Él
puso a Efraín a su derecha, hacia la mano izquierda de Jacob y Manasés, su
primogénito, a su izquierda hacia la mano derecha de Jacob. Pero en lugar de
darle la bendición al primogénito de José, Jacob extendió su mano derecha y la
puso sobre la cabeza de Efraín, aunque era el más joven.
Luego cruzó los brazos y puso la mano izquierda
sobre la cabeza de Manasés.
José trató de impedir que su padre le diera la
bendición al segundo hijo en lugar del primogénito, pero su padre se negó.
" ¡Ya lo sé, hijo, ya lo sé! También él gestará
a un pueblo, y llegará a ser importante. Pero su hermano menor será aún más
importante, y su descendencia dará origen a muchas naciones.” (Génesis 48:19). Así que él puso a Efraín delante de
Manasés.
Qué hermosa ilustración. Sí, José tuvo una vida de
problemas y sufrimientos a manos de quienes lo maltrataron, lo abandonaron, y lo
traicionaron. Pero Dios no quería que él simplemente se olvidara de su
sufrimiento como el nombre que Manasés insinuaba. Quería que fuera fructífero en su sufrimiento, como el
nombre que Efraín insinuaba.
Es lo mismo contigo y conmigo. Dios no quiere que
simplemente olvidemos el dolor del
pasado. ¡Él quiere que seamos fructíferas
en la tierra de nuestro sufrimiento! Úsalo para bien. Regresa a la verdad de
hoy. Dios no nos consuela solo para hacernos sentir cómodas. Él nos consuela
para ser capaces de consolar. Capaces de consolar a aquellos con el consuelo
que hemos recibido. Ese es el buen fruto. ¿Cómo te está llamando Dios a usar
tus historias aparentemente malas para un buen propósito?
Vamos a Orar
Amado Señor, Te doy gracias porque nunca
desperdicias nada en nuestras experiencias de vida. El mundo dice, “Solo olvídalo”
cuando se trata de nuestras luchas pasadas. Tú dices, “¡Solo úsalo! ¡Se fructífera!”
Muéstrame las maneras en que puedo usar lo que he pasado para ayudar a otras
personas. Señor oro para que me hagas fructífera en la tierra de mi
sufrimiento.
En Tu Nombre,
Amén.
Ahora es tu turno
¿Has intentado simplemente olvidar
tu pasado? ¿No funcionó, cierto?
¿Qué has pasado en tu vida que
pudieras usar ahora para ayudar a alguien más?
Más de las GiGs
Dios anhela que hagas más que
simplemente “olvidarte de esto.” Él quiere que conviertas “todas las cosas” de
las que habla Romanos 8:28 en
oportunidades de ministerio. Hermana, cuando empiezas a usar tus errores y
heridas del pasado para la gloria de Dios, ¡Satanás no tiene más poder sobre
ti! Él no puede usarlas contra ti nunca más. No sé de ti ¡pero eso me da ganas
de gritar! ¿Estás lista para convertir tu herida en esperanza, tu dolor en
propósito, y tus líos en un ministerio? Entonces mira mi libro, Tus Cicatrices son Hermosas para Dios:
Cómo Encontrar Paz y Propósito en las Heridas de Tu Pasado. ¡Estaré animándote!
Traducción: Norma Galvis
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