Cuando Llegan las Tormentas
Marzo 11, 2019
Cuando Llegan las Tormentas
Cuando Llegan las Tormentas
La Verdad
de Hoy
Dios es
nuestro refugio y nuestra fortaleza, una ayuda probada en tiempos difíciles. (Salmos 46:1, NRSV[1]).
Entre Amigas
El único sobreviviente de un naufragio estaba
varado en una pequeña isla deshabitada. Fervientemente oró por el rescate de
Dios, pero con cada día que pasaba, su esperanza se debilitaba. Agotado,
finalmente se las arregló para construir una pequeña choza de madera para
protegerse de los elementos y almacenar sus pocas posesiones.
Un día, después de buscar comida, llegó a su
casa para encontrar su pequeña cabaña en llamas, y el humo subía hacia el
cielo. Todo estaba perdido. Aturdido por el pesar y la ira, el hombre gritó:
"Dios, ¿cómo pudiste hacerme esto?"
A la mañana siguiente, se despertó con el
sonido de un barco acercándose a la isla. Había venido a rescatarlo.
"¿Cómo supieron que yo estaba aquí?" preguntó el cansado hombre.
"Vimos tu señal de humo", respondieron.
Las tormentas son para nuestro bien. Cuando
golpea una tormenta, generalmente busco la salida más cercana, con la esperanza
de escapar de los fuertes vientos. Estoy más que dispuesta a renunciar a mi
asiento en un barco tambaleándose a cambio de aguas tranquilas y cielos azules.
No me gusta el dolor
Le temo a los tiempos inciertos.
Cuando la vida se sale de control, a menudo
me retiro de los amigos y familiares en un intento de ocultarme. El estrés puede
paralizarme y se me dificulta funcionar normalmente. Las pequeñas tareas se
convierten en enormes montañas a medida que las nubes se juntan y los vientos
aumentan la velocidad. Pensar que las tormentas son para mi bien es una exageración,
por decir lo menos.
Sé que repetidamente has escuchado y quizá
incluso has enseñado la verdad de que somos fortalecidos por nuestras tormentas.
Honestamente, ha habido momentos en los que sentí que explotaría si una persona
más me dijera que alabara a Dios por mi tormenta. Sin embargo, mirando hacia
atrás, no hay ninguna duda de que mi mayor crecimiento se produjo durante las
tormentas más fieras de mi vida. Cada tormenta se ha convertido en un marcador
espiritual, un testimonio de la suficiencia y la fidelidad de Dios. Es a partir
de esos marcadores que se forma y moldea una vida poderosa.
Las tormentas vendrán. Las tormentas son una realidad de la vida. O
bien nos convertimos en sobrevivientes o en estadísticas de las tormentas. La decisión
realmente es nuestra. Podemos dejar de decirle a Dios cuán grande es nuestra
tormenta y comenzar a decirle a la tormenta cuán grande es nuestro Dios. La
clave para soportar las tormentas es abrazar cada una de las que lleguen,
sabiendo que contiene y puede dar una semilla de victoria.
Vamos a orar
Padre, dame nuevos
ojos para ver tu mano obrando en medio de las tormentas de mi vida. Rindo mi
temor e incredulidad a la certeza de Tu Verdad.
Elijo confiar en Ti incluso cuando no Te entienda. A través del poder
del Espíritu Santo, pido que Tu me fortalezcas para lo que sea que traiga el
mañana y ayúdame a recordar que el mañana está en Tus manos.
En el Nombre de
Jesús,
Amén.
Ahora es Tu Turno
Lee y memoriza Salmos
46:1 (NVI) “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza,
nuestra ayuda segura en momentos de angustia.”
Lee y piensa en la siguiente declaración: La resistencia
nunca es pasiva. Es la ilustración de un
soldado que permanece en el calor de la batalla bajo una oposición terrible ¡pero
que todavía avanza para ganar la victoria! Luego registra algunas ideas y/o
nuevas perspectivas que ganaste de este versículo en tu diario.
Lee y registra la siguiente promesa de Dios y
descansa en su verdad cuando la siguiente tormenta golpee:
×
Salmos 57:1 (NRSV) “Ten misericordia de mí, Oh Dios, se clemente
conmigo, porque en Ti mi alma se refugia; en la sombra de Tus alas yo me refugiaré,
hasta que las tormentas destructivas pasen.” Traducción personal.
×
Más de las Amigas GiG
Mientras descrbía los
eventos de la semana pasada, una amiga me dijo, “Tú sabes, Mary, la gente tiene
que creerte cuando describes tu vida. ¡Nadie podría inventar esto! A menudo
digo que mi vida es como un helicóptero despegando. Las tormentas se han
convertido en compañeros muy familiares. Estoy segura de que muchas de ustedes
podrían decir lo mismo. La pregunta no es si
vamos a tener tormentas, sino cuándo
van a llegar. La mejor manera de preparase para una tormenta en la vida es estar
listos para una tormenta en la vida. Eso significa meterse en la Palabra, orar
y estar con otros creyentes que hayan capeado algunas tormentas propias.
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Traducción: Norma Galvis
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