Convierte el “¿Por qué a Mí?” en “¿Y ahora Qué?”



Marzo 22, 2019
Convierte el “¿Por qué a Mí?” en “¿Y ahora Qué?”
Sharon Jaynes


La Verdad de Hoy

“Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.” (1 Pedro 1: 6-7, NVI)

Entre Amigas

Mi hijo y yo nos sentamos en el piso de su habitación jugando Rummy. Teníamos solo unos cuantos minutos antes de salir corriendo al registro para su clase de natación de verano y queríamos entrar en una ronda más de juego. Este verano estaba probando ser el mejor de todos. Nuestra Golden Retriever, Ginger, acababa de darnos siete adorables cachorros, Steven estaba disfrutando su sexto verano de vida, y después de cuatro años de dolor en el corazón por las pruebas negativas de embarazo, Dios nos había sorprendido con una nueva vida creciendo en mi vientre.

Pero cuando Steven y yo nos sentamos en el suelo, sentí una sensación cálida y pegajosa corriendo por mi pierna. Una ida al baño confirmó mi mayor temor.

Luego esa tarde, nuestro bebé murió, y ahora nos está esperando en el cielo.

Empezamos un verano lleno de vida y alegría, y rápidamente se convirtió en una estación de gran pérdida y tristeza. Hice duelo por ese niño por el cual había orado. Sentí el dolor de mis brazos vacíos.

Una vez escuché a alguien decir, “Nunca supe que podía extrañar a alguien que no había conocido jamás.” Ahora entiendo. Nunca lo supimos con seguridad, pero en mi corazón sentía que mi bebé había sido una pequeña niña.”

Durante esos meses de verano, pasé por el proceso de duelo paso a paso. Voy a admitir que estaba enojada con Dios por “burlarse” de mí con este regalo de un hijo y luego llevárselo. Pero a través de los meses y años que siguieron, Dios me enseñó muchas lecciones sobre mí misma, sobre Él, y sobre confiar en Su amor inquebrantable.

Creo que cuando pasamos por una prueba que nos hiere profundamente, Dios puede usarla para enseñarnos valiosas lecciones. Algunas de esas lecciones son un entendimiento más profundo de quién es Dios, quiénes somos, y en lo que creemos verdaderamente. Nuestra fe crece en la placa de Petri de las luchas en el laboratorio de la vida.

Una de mis lecciones más valiosas, a través de todas mi heridas y cicatrices, fue la decisión de dejar de decir “¿por qué a mí?” y empezar a decir “¿y ahora qué?” Pero la lección que continúa retumbando como un suave trueno es la verdad del infalible amor de Dios.

Durante los meses que siguieron a la pérdida de nuestro hijo, luché con Dios. Tal como Jacob luchó con Dios en la oscura noche de su alma, yo también luché.

¿Cómo podría Él amarme y permitir que esto suceda? ¿Por qué Dios me negaría mi sueño? ¿Él es capaz? ¿Es bondadoso? ¿Realmente Él está ahí?

Fue un verano seco... en mi corazón y en mi alma. Nadie podía ayudarme, consolarme, o levantarme de mi profundo hoyo de tristeza. Y si bien no quería hablar con Dios, Él jamás se alejó de mi lado. Pacientemente, espero a que yo clamara a Él... para decir, voy a confiar en ti aunque no entiendo.

Es fácil confiar en Dios cuando la vida está saltando de felicidad. Es una fe más profunda la que se forma cuando el salto se detiene para arrastrarse lentamente en la desesperación. Honestamente, no disfruto nunca las luchas, pero me deleito en la comprensión más profunda de Dios que se forja en el fuego.

Como Pedro escribió, “Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.” (1 Pedro 1: 6-7, NVI).

Vamos a Orar

Amado Señor, a veces ocurren cosas en mi vida que simplemente no entiendo. Pero sé que Tú tienes la tapa de la caja de las piezas del rompecabezas, y Tú sabes cómo encajar todas las piezas. Confío en Ti, Señor. Aunque Tus caminos pueden girar y dar la vuelta como a través de un laberinto, sé que Tú no cometes errores. Tú eres bueno... todo el tiempo.

En Tu Nombre,

Amén.

Ahora es tu turno

¿Cuál ha sido el momento en tu vida cuando no entendiste los caminos de Dios?

¿Cuál fue el resultado final de la increíble prueba de Job? (Job 42:10,12)

¿Puedes confiar en Dios como Job lo hizo cuando su vida se hizo pedazos?

Deja un comentario y comparte con lo que estás confiando en Dios hoy.

Más de las GiGs

A veces la vida no resulta como pensábamos. Pero Dios no quiere que nos quedemos atascadas en nuestra tristeza. Él anhela que convirtamos nuestro dolor en propósito, nuestra herida en esperanza, y nuestras miserias en un ministerio. Pero la única manera en que Él puede hacer esto es si estamos dispuestas a darle a Él las piezas rotas de nuestros sueños destrozados y permitirle a´-el que haga un hermoso mosaico de los fragmentos. ¿Estás lista? Ahora es el tiempo. Puedes aprender cómo hacer precisamente eso en mi libro, Tus Cicatrices son Hermosas para Dios: Cómo Encontrar Paz y Propósito en las Heridas de Tu Pasado. (De venta en  Librería CLC - Colombia)


Traducción:  Norma Galvis

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Codicia Huele Mal

Qué Tienen de Común Tú y la Mujer Maravilla