Ven Conmigo
La verdad de hoy
Vengan a mí
todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. (Mateo 11:28,
NVI)
Entre amigas
Desde el comienzo del año nuevo, tres palabras han estado sonando en mis
oídos: "Vengan a mí." Mateo 11:28 ha estado oculto en mi corazón durante todo el
tiempo que puedo recordar, pero recientemente escuché al Señor hablarme de esta
invitación íntima personalmente, a la luz de todas las cosas a las que tiendo a
huir, a volver, "ven.”
"Ven
a mí."
Cuando
me vuelvo al consuelo de la comida: "Ven a mí, soy el Gran
Consolador".
Cuando
enciendo mi computadora; "Ven a mí, quiero conectarme contigo".
Cuando
me dirijo a Target por una pequeña terapia de venta al por menor, "Ven a
mí, déjame ser tu consejero".
Cuando
hago una llamada telefónica para hablar sobre mi estrés con una amiga;
"Ven a mí ... ¡Llámame!"
Cuando
me dirijo a Starbucks para algo dulce, "Ven a mí, mis palabras son dulces
como la miel".
Cuando
navego por Facebook; "No los sigas, sígueme. Ven a mí."
Cuando
abro mi Amazon Prime; "Ven a mí, soy libre ¡y te voy a hacer libre!"
Cuando
hago una maratón viendo otro programa de televisión nocturno;
"Ven. A. Mí."
"Ven
a Mí."
Hay
tantas cosas a las que descuidadamente “voy” cada día ─tantas cosas que como, leo, miro, compro, consumo ... Pero Dios me está hablando claramente:
"Ven a mí, consúmeme y déjame consumirte."
¿Estás cansada y severamente cargada? ¿Estás experimentando un vacío que
las redes sociales, la comida y las compras simplemente no pueden llenar? Lleva
todo el peso al Señor. Si estás agotada, exhausta, corriendo hacia todos los
dioses falsos que este mundo tiene para ofrecer ... llévalo todo a Él. Aquél
que cargó la cruz, puede cargar con tu dolor. Es lo que Él hace. Amazon
Prime no puede hacerlo. Facebook no puede hacerlo. Los Brownies tampoco pueden
hacerlo por ti tampoco. No es su trabajo. Es el trabajo de Dios.
"Ven
a Mí."
Él
es capaz de llevar tus relaciones dañadas sobre sus hombros. Él puede manejar tus
miedos y tus fracasos. Él puede llevar tus luchas con el pecado y la vergüenza.
Solo él puede cargar con el peso de todo, hasta la colina del Calvario. Y al
pie de la cruz, Él puede dejarlo en tu nombre. A cambio de esas pesadas cargas,
Él ofrece su yugo ligero. Eso es lo que Él nos da cuando se lo damos todo a Él.
"Ven.
Ven a mí. Tráemelo todo, y Yo te daré descanso.
Vamos a Orar
Amado Señor, Tu Palabra no está
lejana, y no son historias de hace mucho tiempo de un Dios viejo y distante. Tú
estás hablando claramente hoy a mi corazón que escucha. “Ven a Mí.” Estás
invitándome ahora. Santo Espíritu, dame tu valentía motivadora para dejar de recurrir
a las redes sociales, para dejar de encender mi teléfono, para dejar de acudir
a las compras y a la comida y entablar amistad con este mundo... ninguna de
esas cosas ha tenido alguna vez la capacidad de aliviar mi estrés ni levantar
mis cargas. Dame la clase de convicción constante para ir a Ti, con todo lo que
me preocupa hoy.
En Nombre de
Jesús que lleva las cargas pesadas,
Amén.
Ahora es tu
turno
Dulces amigas, ¿a
dónde han estado llevando sus cargas? Bien sea al gimnasio o al centro comercial
o en línea... reflexiona hoy en cuán temporales son esas cosas. Solo Cristo es
eterno, cualquier otra situación es fugaz en el mejor de los casos.
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Traducción: Norma Galvis
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