La Depresión en la Navidad y las Galletas Navideñas
La Verdad de Hoy
Porque
nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre
sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz.(Isaías 9:6,
NVI).
Entre Amigas
Me encantan las tradiciones navideñas. Cada año mi familia se disfraza y
sale a un concierto especial de Navidad en los días previos al 25 de diciembre.
Ya sea en nuestra iglesia local o en el teatro del centro de la ciudad, nos engalanamos
para Jesús. Bien, vamos a ser honestos: mi esposo y mis hijos lo hacen por mí.
Y todos los años espero y oro por una foto familiar realmente buena de todos
nosotros juntos, con los chicos vistiendo sweaters de rombos y con el cabello
peinado hacia atrás. No hay una docena de fotos, claro está, solo el recuerdo
especial de un tesoro donde todos nos vemos felices. La felicidad es la meta.
Lucho con la felicidad a veces ─especialmente durante las fiestas de fin
de año. Lo cual se siente ridículo porque todos cantamos, "es la temporada
de estar muy contentos ..." Pero todos los tralala en el mundo no pueden
ocultar el hecho de que lucho con la depresión cada diciembre.
Hay muchas razones y no puedo enumerarlas todas, pero voy a enumerar unas
cuantas porque sé que no soy la única. No soy una psicoterapeuta aquí para
explicar todas ellas, solo soy una hermana en las trincheras de las navidades,
compartiendo con humildad de mí, y señalándote a Aquel que lo sabe todo.
He
aquí algunas de las tensiones que me presionan en la época de la Navidad.
- Expectativas súper altas. Las expectativas de cómo se verá
nuestro árbol (y lo divertido que será decorarlo), lo encantadores que serán
nuestro porche y nuestro centro de mesa este año, por no mencionar esas fotos
familiares, pueden causar cantidades ridículas de estrés. Los viajes para
llevar a los niños a ver a Papá Noel terminan en lágrimas (suyas y nuestras),
mientras que todo el mundo en Instagram y en Facebook luce como si realmente
esta fuera "¡la época más maravillosa del año!"
- Estrés familiar. La presión familiar sobre dónde vamos a estar
en la mañana de Navidad y, por lo tanto, donde no vamos a estar, puede robar
nuestro enfoque y robar nuestra alegría también. ¿De quién es el turno de ser anfitrión?
con qué suegros estaremos; y ¿cuánto tiempo nos vamos a quedar antes de salir
para nuestra siguiente parada del tren de la Navidad? Cuando lo que realmente
queremos es estar en casa con nuestras medias y ponche de huevo, viendo Elfos
por nuestra cuenta. La culpa agrava la tristeza. Es Navidad después de todo.
- El deseo no realizado de sentirse cerca de Dios. La presión por
centrarse en "la razón de la temporada" en medio de todo el ajetreo y
el bullicio, también puede hacer que nos sintamos terribles. Los sentimientos
de fracaso cuando solo leemos los primeros tres capítulos de nuestro devocional
de adviento es el palo que a menudo rompe la espalda del camello (la gota que a
menudo rebosa la copa). Hablando de camellos, me recuerdan ahora que este año
ni siquiera logré sacar mi pesebre de la estantería.
-
El azúcar. Si bien muchas de mis
tradiciones favoritas están llenas de azúcar (y espolvoreadas con azúcar pulverizada),
la verdad es que el azúcar no me ayuda cuando estoy lastimada. El azúcar no me hace dulce cuando estoy
triste. Claro, levanta mis espíritus navideños por un momento alegre, pero
antes de darme cuenta, vuelvo a derrumbarme. Es simplemente lo que hace el
azúcar. Especialmente en la época navideña, con todas las golosinas especiales,
podemos sentir como si estuviéramos montados en un sube y baja o en un carrusel.
Queremos ser felices, pero estamos mareados y cansados. Queremos salir, pero no
podemos. Necesitamos otro pedazo de corteza de menta con nuestro chocolate moca
para que volvamos a subir.
Si bien el azúcar parece ser el menos espiritual de todos los puntos
anteriores, la realidad es que Dios es lo único, el único a quien debemos
acudir cuando tenemos dolor ─en Navidad o en cualquier momento. Debemos dejar
de llegar al siguiente nivel alto de azúcar y comenzar a buscar al Altísimo.
Debemos aprender a correr hacia el Gran Consolador en lugar de comidas
reconfortantes.
Tal vez, en tu tristeza corres al centro comercial para otra sesión de
terapia de ventas. Pero ese tampoco es el terapeuta que necesitas. En uno de
los pasajes de Navidad más conocidos, Isaías profetizó que el Mesías sería
llamado "Consejero Admirable".
Si está desesperada por “consuelo y alegría” esta Navidad, permítame animarte
a limitar tu consumo de azúcar. Si bien parece un primer paso poco espiritual,
fisiológicamente podría ser justo lo que necesitas para correr espiritualmente
hacia el Altísimo en lugar de la próxima subida de azúcar. El ayuda del azúcar
es temporal (y realmente no ayuda en absoluto). Pero el Altísimo es eterno y
puede levantarte en tus luchas actuales a Sus brazos eternos.
Cuando tengas la tentación de correr al azúcar esta Navidad, corre hacia
la dulzura satisfactoria de nuestro Salvador. Es un Consejero Admirable. Cuando
te sientas tentada a poner tu esperanza en una galleta sobrante y la rápida
liberación de dopamina que te hará sentir bien por un rato ... en su lugar pon
tu esperanza en Dios.
Vamos a Orar
Amado Señor, Te
doy gracias por ser mi Consejero Admirable y el Príncipe que es mi paz y me da
paz. No necesito terapia de ventas, Te necesito. Y no necesito auto medicarme
con azúcar para aliviar mi dolor tampoco. Necesito de Tu gran consuelo. Gracias
por venir a la tierra como mi Salvador. Enséñame a saber esta Navidad que lo
que Tu salvación no solo es para llevarme al Cielo. Tu salvación está
disponible hoy, y toda esta temporada de fin de año, cada vez que lucho.
En el Nombre de
Jesús,
Amén.
Ahora es tu
Turno
¿Luchas contra
la depresión en las Navidades? Tal vez sientas convicción sobre tu adicción al
azúcar, que va por las nubes en esta época del año. La aplicación es la misma
para ti también. Vamos a correr hacia Dios en lugar de correr al pedazo de
pastel sobrante esta tarde. ¡Limita tu ingesta de azúcar, para que puedas experimentar
la dulzura satisfactoria del Salvador que celebramos en la época navideña!
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Si luchas con la adicción al
azúcar, principalmente en la Navidad, acompaña a Wendy Speake en su quinto Ayuno
de Azúcar de 40 Días este mes de enero. Cada año, miles de mujeres se inscriben
para ayunar cuarenta días de azúcar y festejar juntas a Cristo y Su satisfactoria
Palabra. ¡Las cinturas disminuyen mientras que las vidas de fe aumentan! Es un tiempo
increíble de transformación espiritual y física que empieza el 8 de Enero. Inscríbete hoy.
Traducción: Norma Galvis.
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