Estoy Cansada




Diciembre 17, 2018
Estoy Cansada

La Verdad de Hoy
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. (Gálatas 6:9, NVI).

Entre Amigas

Estoy cansada.

Cansada de despertar cada mañana para enfrentar más pruebas ─más ruido ─más caos.

Estoy cansada de intentar “arreglar” personas y circunstancias.

Estoy cansada de lidiar con gente iracunda en todos lados.

Estoy cansada de la violencia sin sentido y de la terrible pérdida de vidas a manos de gente destrozada.

Estoy cansada de lidiar incesantemente con el dolor físico y de luchar constantemente contra la oscuridad de la depresión.

¡Estoy cansada de que Satanás ataque a mi esposo, a mis hijos y a mis nietos!

Lo que quiero hacer es renunciar. Quiero darme por vencida. Quiero tomar mi computadora y mi teléfono celular y tirarlos en un basurero, cortar mis conexiones con tantas personas en el mundo que he construido cuidadosamente. El mundo se ha vuelto loco y ya no quiero lidiar con eso ya. ¡Sólo quiero un poco de paz!

Y luego me acuerdo.

La Navidad está a la vuelta de la esquina ... y de eso es lo que se trata la Navidad ─paz. De alguna manera hemos logrado perder de vista esa sorprendente verdad. ¡Hemos permitido que nuestras prioridades se hayan vuelto añicos en el aire! Viajes de compras frenéticos, decoraciones dementes, constante envoltura de regalos, horneados interminables, asistir a fiestas a las que realmente no queremos asistir, gastar dinero que realmente no tenemos ... ¡y yo quiero darme por vencida!

Quiero volver al mensaje de Navidad ─la sencilla pero eterna verdad de que Jesús vino a la tierra como un bebé ─completamente Dios y hombre en su totalidad. Él experimentó todo lo que he experimentado y mucho más. Por eso vino. Para sanar a los corderos rotos como yo. Para vendar las heridas infligidas por un mundo enloquecido. Para iniciar y definir el propio significado del amor, para escribirlo en un idioma que podamos entender.

¡Aférrate a esta verdad! Dios le pidió a Su único Hijo, Jesús, que intercambiara el Cielo por la Tierra, que entregara Su trono alucinante por un pesebre sucio, que renunciara a la perfección por una flagrante imperfección, que amara a los imposibles de ser amados. Y Jesús dijo "Sí".

Dios sabe. El cielo no está en pánico ni está sorprendido por el estado de este mundo o la condición de mi corazón. Jesucristo sabe qué tan cansada estoy. Él sabe que estoy lista para darme por vencida. ¡Y su amor por mí no ha cambiado ni un poquito!

El amor de Dios por mí no depende de lo que haga o deje de hacer. Si nunca más hiciera otra cosa en el trabajo del Reino, Su amor por mí no cambiaría. Nadie puede ocupar mi lugar en el corazón de Mi Padre. Y cuando recuerdo eso ... todo cambia.

Era Víspera de la Navidad y la familia se estaba preparando para asistir al servicio especial de su iglesia local. Todo el mundo iba, excepto papá, quien era un hombre honesto, un hombre que parecía no poder entender en su mente lógica la historia de que Dios vino a la tierra como un bebé en un pesebre. Él no quería ser un hipócrita, fingiendo adorar a un Salvador que ni siquiera estaba seguro de que hubiera existido, así que se quedó en casa, encendió un fuego para disipar el intenso frío de esa noche de invierno y comenzó a leer el periódico, esperando el regreso de su familia.

Al oír un golpe en la ventana, se volvió para ver un pequeño pájaro que intentaba alcanzar el calor del fuego. El hombre abrió la ventana, pero el pájaro se negó a entrar. Agarrando su abrigo, el hombre salió al granero y abrió las puertas del granero de par en par ─pero, aun así, el pájaro se negó a entrar. El hombre pensó, “si solo pudiera ser un pájaro, por solo un minuto, podría llevarlo a un lugar seguro." En ese momento, escuchó el sonido de las campanas de la iglesia y finalmente entendió por qué Jesús vino a la tierra como un hombre ─para convertirse en uno de nosotros y así poder guiarnos a la seguridad eterna.

La esencia misma de la Navidad es Emanuel, Dios con nosotros ─conmigo y contigo. Celebra la suficiencia de Cristo que reemplaza nuestra insuficiencia. Navidad no es una fecha en un calendario. La Navidad es una forma de vivir que celebra la presencia de Dios en los simples y ordinarios acontecimientos de la vida diaria.

Entonces, este año, ¡vamos a negarnos a darnos por vencidas! Vamos a ponernos las botas de guerreras y a mantenernos firmes en nuestra fe. ¡Celebremos la Navidad con pasión y propósito!

¿Cómo?

A través de la sonrisa le damos al extraño agobiado o la paciencia que elegimos entre la multitud de compradores impacientes ─el amor que nos impulsa a dar un regalo secreto o el corazón que celebra constantemente Su nacimiento a través de cada luz resplandeciente, cada regalo hermosamente envuelto, cada comida especial, cada tarjeta, llamada, y visita. Dios está con nosotros ─si elegimos hacer espacio para Él.

Vamos a orar

Padre, Tú conoces mi corazón cansado. ¡Perdóname por gemir y quejarme contigo por tantas cosas! Ahora mismo, elijo hacer espacio en mi vida para que Tú obres. Lléname con Tu poder y fortaleza. Ayúdame a permanecer en la fe y compartir de Ti con una nueva autoridad. Que esta Navidad sea exactamente lo que Tú quieres que sea en mi vida.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es Tu Turno

¡Detente! ¡Toma un respiro! Y determina ahora mismo celebrar verdaderamente la Navidad este año de una manera que te reabastezca y honre a Dios. ¿Qué pasos tienes que dar con el fin de hacer que esto suceda? ¡Hazlo!

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Traducción:  Norma Galvis

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