Hacer mi Lista y Revisarla Dos Veces
Diciembre 19, 2018
Hacer mi Lista y Revisarla Dos Veces
Hacer mi Lista y Revisarla Dos Veces
La Verdad
de Hoy
Pues yo sé
los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y
no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. (Jeremías 29:11, NTV).
Entre Amigas
Cada año, hago una lista de Navidad compuesta
por todas las personas para las cuales compro un regalo. Junto a cada nombre,
escribo una cantidad en dólares ─un límite para la cantidad de dinero que voy a
gastar en ese regalo ─y de todo corazón declaro no gastar un centavo más.
Con cada compra, dibujo una hermosa línea
roja a través de ese nombre.
¡Hecho!
Llevo esa lista a donde quiera que voy porque
hay personas malvadas acechando en mi casa que harán todo lo posible para
encontrar esa lista. ¿Por qué? ¡Porque soy la reina de las Sorpresas de Navidad!
Tengo que proteger la lista secreta de Santa con mi vida para mantener seguro
mi estado de "Reina".
La lista de secreta de Santa se oculta en
lugares inusuales, tales como como un archivo al azar en mi computadora, en el
bolsillo de un bolso viejo, en mi cajón de calcetines ─ya tienes la idea.
Sé dónde está esa lista de Navidad en todo
momento porque es mi plan de dar regalos para las navidades.
Desearía estar igual de preocupada por mi
Lista de Dios. Sé que necesito buscar a Dios y Su plan para mi vida a través de
la Palabra, pero hay días en que no dedico suficiente tiempo a leer y estudiar
la Biblia para discernir ese plan.
Sé que necesito orar como loca para lograr sobrevivir
cada día. En cambio, ruego por rutas de escape de los problemas que estoy
enfrentando.
Realmente quiero llevar a cabo Su plan de
vida para mí en mi mente y en mi corazón, tomando constantemente las opciones y
decisiones a la luz de esa lista, guardándola como el mapa del tesoro de la
eternidad que verdaderamente es.
Pero me he llegado a dar cuenta de que
conocer el plan de Dios para mi vida no garantiza el éxito.
Debo hacer
el plan. Ahí es donde entra en juego la obediencia. Un corazón obediente es un
corazón "firme" ─el único regalo que Dios quiere de nosotras en esta
temporada navideña.
"
Firme está, oh Dios,
mi corazón.”
Un corazón "firme" es un corazón
determinado, un corazón constante que está correctamente enfocado en Dios y en Su
plan, en lugar de insistir en aferrarnos a nuestra propia agenda personal.
Cuando elegimos seguir el plan de Dios, los deseos de nuestro corazón se van a
alinear en obediencia a ese plan, y vamos a hacer lo que fuimos creadas para
hacer.
Suena tan sencillo, ¿no es cierto? No lo es.
Debemos ser intencionales en nuestra
obediencia. Cada elección que hacemos, cada palabra que decimos, cada
pensamiento que pensamos exige una obediencia radical a los estándares de Dios.
La vida es tan cotidiana, ¿no es cierto? Y en
el momento en que pensamos que ya lo tenemos todo resuelto, Dios organiza una
verificación de la realidad para recordarnos que sin Él ─vamos a fracasar.
El fracaso no es definitivo. Es inevitable.
Somos seres humanos frágiles. Somos mortales.
¡Pero hay buenas noticias! Nuestras mayores
oportunidades para crecer a menudo están empacadas en las ruinas del fracaso.
El hecho de que seamos humanos frágiles nos hace desesperarnos por Dios.
Nuestra mayor esperanza se cumple con el hecho de que Jesús vino, vivió y murió
para que fuera posible para nosotros conocerlo a Él.
Conocer a Dios cambia absolutamente todo.
Quizás hoy sea un buen momento para parar,
repasar la lista y revisar aquellas lecciones de vida que hemos aprendido,
verificando dónde estamos realmente en nuestro caminar con Dios.
Tal vez hoy sea el
momento perfecto para volver a visitar el pesebre y celebrar verdaderamente el
nacimiento de Jesucristo al darle el regalo de la obediencia.
Vamos a orar
Padre, yo Te amo. Por
favor perdóname por las veces que he elegido seguir mi propio plan en lugar del
Tuyo. Enséñame cómo afirmar mi corazón en Ti y dame la fortaleza para hacer lo
que Tú creaste en mí para hacer. Hoy, elijo vivir cada día en obediencia
radical a Ti.
En el Nombre de
Jesús,
Amén.
Ahora es Tu Turno
Registra Santiago
1:22 en
tu diario. Encierra en un círculo las
palabras de acción. Pídele a Dios que te muestre el primer paso que debes dar
con el fin de obedecer la verdad que Él te ha dado.
Sino sean hacedores de la palabra,
y no oidores solamente, engañándose a ustedes mismos. (Santiago
1:22, NKJV) Nueva Versión King James, traducción
personal.
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Traducción: Norma Galvis
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