Gratitud y Gracia: Dos Gotas de Agua
La Verdad de Hoy
Si
confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos
limpiará de toda maldad. (1 Juan 1: 9 NIV).
Entre Amigas
Cuando cumplí los cuarenta, de repente, las letras
pequeñas y los números se hicieron más pequeños. Una visita al oftalmólogo
demostró que necesitaba anteojos para leer. Pero pasé un mal rato siguiéndoles
el ritmo, entonces el doctor me adaptó lentes de contacto mono visión. En mi
ojo izquierdo uso un lente de contacto para ver de cerca, y en mi ojo derecho uso
un lente de contacto para la distancia. Y de alguna manera, mi cerebro descifra
todo eso y puedo ver perfectamente.
Así es como veo la gratitud y la gracia. Con
gratitud en un ojo y gracia en el otro, puedo ver a Dios más claramente. Si hay
una cosa que debería causar que la gratitud surja y se derrame en nuestros
corazones, es la gracia de Dios.
"¿Qué crees que nos impide experimentar la
unión con Jesús?", Me preguntó mi amigo Bill. "Creo que es que aún
nos sentimos avergonzados, aunque hayamos sido exonerados por Cristo, perdonados
por Dios, y lavados por el poder del Espíritu Santo", él continuó,
respondiendo a su propia pregunta.
Y Bill tiene razón. La vergüenza llevó a Adán y Eva a esconderse, y ésta
también puede llevarnos allí. Y la única manera de escapar es aceptar el regalo
de la gracia de Dios y salir a la luz. A menudo me encuentro agazapada en los
arbustos con Adán y Eva. Escucho los pasos de Dios acercándose al Jardín en el
fresco de la tarde, llamándome con gloria por todas partes, pero me cubro,
desnuda y avergonzada ... entristecida por cómo le he fallado a lo largo del
día.
Pecado. Éste no dejará de existir solo porque haya
entrado en esta relación de amor con Jesús. Sí, he sido salvado del castigo del
pecado, pero el poder del pecado todavía empuja mi corazón hacia los amores más
bajos y me voy. Rompe un agujero de drenaje en mi alma a través del cual mi
alegría se filtra mientras trato de calmar las ansias de gloria por mi cuenta ─aparte
de Cristo. Cuánto anhelo el día en que deje esta tierra para la consumación de
este matrimonio celestial, para ser salvada de la presencia del pecado
completamente. Hasta entonces, me desaparezco, y Jesús me corteja de vuelta.
Gracia.
Dos de las mejores armas de Satanás que usa contra
las mujeres cristianas hoy en día son la vergüenza y la condenación. Él sabe que,
debido a la obra terminada de Jesucristo y Su obra redentora en tu vida, eres
profundamente amado, completamente perdonada, absolutamente limpiada,
eternamente salvada, plenamente agradable y totalmente aceptada por Dios. Todo
lo que él puede hacer es intentar convencerte de que no es cierto. Él no puede
hacer nada para hacerte impura. Todo lo que puede hacer es hacerte sentir impura. Y si crees en sus
mentiras de vergüenza, entonces vuelves a los arbustos y te vas. Escondiéndote
con Adán y Eva mientras Dios camina llamándote ... "¿Dónde estás?"
Todos le fallamos a Dios. Todos pecamos. Todos nos
quedamos cortos de la gloria de Dios, lo que Él quería que hiciéramos y fuéramos
en el Jardín. Pero aquí está la promesa de Dios: " Si confesamos nuestros pecados, Dios (Jesús),
que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. (1 Juan 1: 9 NIV).
¿Qué haces cuando le fallas a Dios? Si eres como yo,
después de que me he arrepentido y pedido perdón, mi tendencia natural es
decirle a Dios que me esforzaré más la próxima vez. Esforzarse más. ¿Es esa
realmente la solución? ¿Realmente necesito hacer de tripas corazón y esforzarme
más? Me pregunto si eso es lo que Jesús diría.
Por el contrario, Jesús dijo: “El que me ama,
obedecerá mi palabra” (Juan 14:23). El que me ama ... obedecerá mi palabra. Quizá la
solución a nuestra tendencia a desobedecer a Dios no es esforzarse más, sino
amar más.
Quizá una relación íntima de unión con Jesús, una en la cual vivimos, nos movemos y existimos, en
todos los aspectos de la vida es clave para la obediencia. Cuando amamos
profundamente, es más probable que nos aferremos más a Él.
Jesús tiene una manera maravillosa de restaurarnos
cuando le fallamos. Él no nos humilla, reprende o critica. Más bien, Él nos lleva
a un lado y nos pide que reafirmemos nuestro amor por Él.
“Pedro,
¿me amas?”, Preguntó Jesús tres veces.
No
más preguntas.
Es
difícil para nosotros entender. A veces la gracia simplemente no tiene sentido.
Vamos a orar
Señor, Te agradezco por la gracia
que me has mostrado a lo largo de mi vida. No la merezco, pero supongo que eso
es lo que plantea la gracia... un regalo que no merezco. Oro para que jamás pierda de vista la gracia,
ni la de por sentada. Y Señor, ayúdame a
ofrecer esa misma gracia a quienes se crucen por mi camino hoy.
En el Nombre de Jesús,
Amén.
Ahora es tu turno
Lee estos dos pasajes y ponte en el
lugar de Pedro.
¿Cómo las
palabras que Jesús le dijo a Pedro son las mismas palabras que Él te está
diciendo a ti hoy?
Más de las
Chicas GiG
¿Anhelas algo
más en tu relación con Dios? ¿Tienes unas “ansias de gloria” ─un hambre de
experimentar la presencia de Dios con regularidad? Las buenas noticias son que
Dios quiere esto aún más que tú. Exactamente
en medio del giro de la lavadora y el chisporroteo de la tocineta ─mientras
vives, te mueves y existes en Él. Este
verano, toma un tiempo para “quedarte quieta y conocer” ─para escuchar Su suave
voz ─para desempolvar Sus huellas dactilares sobre las páginas de tu vida diaria. Mi libro, Frente a Su Gloria: la Magnífica Respuesta de Dios a tus Deseos por Algo Mejor te va
a mostrar cómo. Incluye una guía de
estudio y tres videos en línea de estudio Bíblico.
Traducción: Norma Galvis.
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