Gracias Dios por mi Piso Sucio
La Verdad de Hoy
A pesar de
haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias,
sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su
insensato corazón. (Romanos: 1:21). NVI
Entre Amigas
Un amigo me contó que estaba sentado con su padre
discutiendo la distribución de sus "bienes mundanos", cuando llegó el
momento de hacerlo. "Mi papá tenía muy poca alegría en su vida",
explicó Mike. "Cuando nos sentamos a discutir quién iba a obtener qué
cuando él muriera, vi un orgullo en él que nunca antes había notado. "Hice
todo esto", dijo mientras agitaba su mano alrededor de la habitación como
Vanna White. "Trabajé duro y lo gané todo".
“En su mente, él
lo había ganado; lo había hecho todo. Nunca dio gracias a Dios por todas
sus bendiciones ni reconoció la bondad de Dios. No hubo gratitud, ni acción de
gracias, y ciertamente no hubo alegría. Sus cosas se habían convertido en
relucientes grilletes que mantuvieron a raya la alegría toda su vida. Sus cosas
Qué triste."
Cuando Mike me contó la historia, pensé en las
palabras de Henry War Beecher: "El orgullo mata la acción de gracias ...
un hombre orgulloso rara vez es un hombre agradecido, porque nunca piensa que
recibe todo lo que merece". Los ojos se cierran herméticamente ante la
gloria de Dios.
Recuerdo un viejo dicho que remueve y pica: "La
gratitud convierte lo que tenemos en suficiente". Siempre suficiente. Jesús agradeció a Dios
por los dos panes y los cinco peces ... y hubo más que suficiente para repartir
(Juan 6: 1-13).
La gratitud puede cambiar su perspectiva sobre las
tareas mundanas más simples y transformarlas en momentos de gloria súbita. Un
día estaba trapeando el piso de la cocina y mi estado de ánimo era de todo
menos agradecimiento. Protestaba con cada empuje del trapeador. Me quejaba con
cada inmersión en el balde.
Aquí estoy limpiando
este piso una vez más y nadie lo aprecia. Siento que este trabajo de la casa
nunca se termina. Limpio hoy. Sucio mañana ¿Por qué me molesto?
Luego, justo en el medio de la cocina, Dios
apareció. En realidad, estuvo allí todo el tiempo, pero mis quejas cegaban los
ojos de mi corazón para reconocer Su presencia. Nuevos pensamientos empezaron a
emerger cuando empujé el trapeador sobre el piso de linóleo. Creo que Dios los
puso allí.
Supón que fueras
ciega y que no pudieras ver los hermosos diseños en el piso de linóleo o el
jugo derramado junto a la puerta del refrigerador. Supón que fueras sorda y no pudieras
escuchar el sonido relajante de las burbujas de jabón que se disolviéndose en
el balde de trapear o el sonido rítmico del trapeador siendo empujado hacia
atrás y hacia adelante sobre la superficie dura del piso. Supón que estuvieras
en una silla de ruedas y no fueras lo suficientemente fuerte como para pararte
y agarrar el mango de madera con sus manos ágiles para borrar las pisadas de
barro y hacer que el piso se viera limpio y brillante nuevamente. Supón que no
tienes una casa o una familia para limpiar después.
De repente, mis quejas se convirtieron en una
canción de alabanza y gratitud. “Gracias, Señor, por el privilegio de trapear
este suelo sucio. Gracias por la salud y la fortaleza para sostener este
trapeador en mis manos fuertes y para envolver mis dedos ágiles alrededor de su
mango. Gracias por la vista para ver las migajas, la suciedad y el jugo
derramado. Gracias por el sentido del olfato para disfrutar del aroma limpio y
fresco del jabón en mi balde. Gracias por los muchos pies preciosos que
caminarán por esta habitación y lo ensuciarán todo nuevamente. Y Señor, gracias
por el privilegio de tener un piso para trapear y una familia para limpiar
después.
Vamos a orar
Señor, las palabras de Romanos me
golpean en la médula. Que jamás olvide darte las gracias. Todo lo que tengo es por Tu gracia en mi
vida. Perdóname cuando me quejo. Perdóname
cuando estoy descontenta. Te doy gracias por Tus muchas bendiciones.
En el Nombre de Jesús,
Amén.
Ahora es tu turno
Las palabras de Romanos capítulo
uno son abrumadoras. Reflejan nuestra cultura de tantas maneras. Y si bien es fácil
señalar todas las maneras en que “las demás personas” encajan en algunas de las
categorías menos deseables que se describen, esas palabras eran ciertas entre
ellos: A pesar de haber conocido a Dios, no lo
glorificaron como a Dios ni le dieron
gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les
oscureció su insensato corazón.
¿Qué te dice
esto sobre qué tan importante es darle gracias a Dios?
Agradécele a
Dios por todas las maneras en que Él te ha bendecido hoy.
Más de las
Chicas GiG
¿Anhelas
algo más en tu relación con Dios? ¿Tienes unas “ansias de gloria” ─un hambre de
experimentar la presencia de Dios con regularidad? Las buenas noticias son que
Dios quiere esto aún más que tú. Exactamente
en medio del giro de la lavadora y el chisporroteo de la tocineta ─mientras
vives, te mueves y existes en Él. Este
verano, toma un tiempo para “quedarte quieta y conocer” ─para escuchar Su suave
voz ─para desempolvar Sus huellas dactilares sobre las páginas de tu vida
diaria. Mi libro, Frente a Su Gloria: la Magnífica Respuesta de Dios a tus Deseos por Algo Mejor te va
a mostrar cómo. Incluye una guía de
estudio y tres videos en línea de estudio Bíblico.
Traducción: Norma Galvis
Comentarios
Publicar un comentario