¿Qué tan Temerario es tu Amor?



Noviembre 1, 2018

¿Qué tan Temerario es tu Amor?
Gwen Smith

La Verdad de Hoy

Así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente.  (Lucas 15:10, NVI)

Entre Amigas

Pensarías que ella acababa de ganar la lotería de la forma en que estaba gritando y saltando. ¡De hecho, a ella prácticamente así había sido! Ella había encontrado a su Felpita y quería que todos a la distancia de audición celebraran con ella.

Gabriela había perdido a su Felpita unas semanas antes. Este era un gran problema para una niña de cuatro años y medio, especialmente dado que tenía la pequeña manta de oso blanco y canela desde que tenía cuatro meses. Amorcito la consolaba cuando estaba triste o dolida, la acompañaba en los viajes en automóvil, se acostaba con ella durante la siesta y en la noche, y era su posesión más preciada.

Cuando desapareció su cómoda manta, Gabriela estaba comprensiblemente molesta. Se lo mencionó a su madre, Brooke, de vez en cuando, y derramó algunas lágrimas, pero en general guardó la compostura y trató de ser una niña grande al respecto.

Así que cuando ella se encontró con Felpita en la casa de muñecas de su hermana ese día, la respuesta fue nada menos que una euforia efervescente.

Su madre había estado recibiendo la visita de una amiga cuando Gabriela entró corriendo a la sala, saltando, gritando y bailando alegremente que había encontrado a su Felpita. Su rostro estaba radiante de alegría que mostraba desde sus sonrientes ojos hasta su amplia sonrisa. Fue un hermoso despliegue de regocijo por el hallazgo perdido.

En Lucas 15, leemos de un tiempo en que grandes multitudes de personas rodeaban a Jesús. Muchas de las personas que vinieron a escucharlo estaban perdidos: sin orientación a la iglesia, toscos, curiosos y marginados. Parecían intrigados por este hombre que los veía por quienes eran y se interesaba sinceramente en sus vidas. Él enseñó, tocó, sanó y estuvo con ellos. No esperó hasta que se hubieran limpiado y aprendieran los buenos modales judíos. Les dio la bienvenida tal como eran.

A los fariseos y los maestros de la ley no les gustó nada. Ellos murmuraron: " Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos" (Lucas 15: 2). Sabiendo lo que había en sus mentes y corazones, Jesús comenzó a hablar sobre las cosas perdidas, el arrepentimiento y el regocijo.

Primero habló de las ovejas. “«Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido”. Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.". (Lucas 15: 4-7)

¡Oh, el abrumador, interminable y temerario amor de Dios!

Luego Jesús habló sobre el valor de una moneda perdida. “» O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No enciende una lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido”. Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente" (Lucas 15: 8-10)

Y continuó contando la historia de un hijo pródigo que rompió las costumbres tradicionales al pedirle a su padre su parte de la herencia familiar antes de lo debido, se fue de su casa para hacer lo suyo, gastó todo su dinero heredado viviendo desenfrenadamente, y terminó desesperado, solo, perdido y destrozado en un lugar muy lejano.

Cuando recobró el sentido, dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre!  Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros”. Así que emprendió el viaje y se fue a su padre.

»Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó.” (Lucas 15: 17-20)

Jesús continuó hablando de ese padre amoroso que observó y esperó a que su hijo regresara. Cuando el hijo rebelde finalmente regresó, el padre organizó una gran fiesta para celebrar. Estaba muy contento de que su hijo perdido fue encontrado ... que estaba en casa y fue restaurado a la familia.

Jesús les contó estas parábolas para exponer la profundidad del amor que Dios tiene por la humanidad. Los fariseos mostraban un flagrante desprecio por las personas que no percibían que era tan religiosas como ellos y que no actuaban como ellos. Qué contraste.

Quiero que mi vida exponga la profundidad del amor que Dios tiene para la humanidad.

Mientras leía esto recordaba que debo tener cuidado sobre cómo respondo a las personas que no comparten mi fe en Cristo. Necesito valorar a la humanidad entera y mostrar interés sincero en sus vidas a pesar de lo que ellos creen.  Puede ser fácil desestimar a la gente que no se parece a nosotros, o que no actúa como nosotros, ni cree como nosotros.  Pero eso no es lo que Jesús hizo.

Jesús nos mostró Su corazón por los perdidos. Él hizo todo lo posible para enseñarlos y amarlos.  Él habló vida y compartió la esperanza de la salvación por medio del arrepentimiento de los pecados.  Él atesoró a quienes la sociedad consideraba gente desechada y los contactó en amor.  “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10).

Para buscar y salvar... ¡y saborear y celebrar!

Así como la dulce pequeña Gabriela se alegró cuando encontró su Felpita, Dios y todo el cielo celebra cuando un pecador se arrepiente.  Porque somos Sus tesoros y Él nos ama tanto.

Vamos a orar

Amado Señor, Te doy gracias por buscarme y salvarme por Tu gracia.  Te doy gracias por amarme cuando era difícil de amar. (¡Y por los momentos cuando todavía lo soy!).  Ayúdame a ver a los demás como Tu los ves.  Rompe mi corazón por lo que rompe el Tuyo.  Por favor úsame para señalar a otros Tu esperanza. 

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

Lee Lucas 19: 1-10.  ¿Cuál fue la razón que Jesús dio para venir a la tierra en el versículo 10? ¿Hay personas a las que has renunciado? ¿Te has distanciado de alguien debido a que no piensa, luce, o actúa como tú? ¿Qué crees que le agradaría a Dios con respecto a esto?

Da gracias a Dios por tu salvación y por la de al menos 3 seres queridos que han sido encontrados por la gracia.  Ora por la salvación de tres personas perdidas que todavía no han sido encontrados por la gracia.

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Traducción:  Norma Galvis

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