Limpieza Profunda
Noviembre 6, 2018
Limpieza Profunda
La Verdad de Hoy
“Esto [la ministración anual que llevaba a cabo el Sumo Sacerdote en el Lugar Santísimo] nos ilustra hoy día que las ofrendas y los sacrificios que allí se ofrecen no tienen poder alguno para perfeccionar la conciencia de los que celebran ese culto.” Cristo, por el contrario, al presentarse como sumo sacerdote… entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo... con su propia sangre… cuánto más la sangre de Cristo... purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte. (Hebreos 9: 9,11a, 12,14 NVI)
Por lo que puedo recordar, fui problemática. Nací en un hogar donde mis padres modelaron la falta de respeto, aprendí a rebelarme a las figuras de autoridad con gran competencia. Me hicieron sentarme al lado del escritorio de mi profesor, me pusieron afuera de la puerta de las aulas de mi escuela primaria y me enviaron a la oficina del director más veces de las que me gustaría contar.
A medida que crecía, también lo hizo mi propensión al pecado. Llegué al punto en que podía decir con certeza, habiendo sido criada en una iglesia que enseñaba la Biblia, que "vergüenza" era mi segundo nombre. Sabía que era culpable de quebrantar las leyes de Dios. Él era santo, y mis acciones ciertamente no lo eran.
Pocas cosas son tan insoportables como una conciencia culpable ─tómalo de alguien que sabe. La Biblia nos dice que los israelitas también vivieron sus vidas con conciencias culpables. Ellos estaban bien versados, como yo lo estaba, en las leyes de Dios. Y cada vez que se entregaban a su naturaleza humana y pecaban contra Dios, sus conciencias picaban. A través de los escritos de Moisés, muchos sacrificios de arrepentimiento se ofrecieron para expiar el pecado de uno. Pero las Escrituras nos dicen que estos sacrificios expiatorios fueron banditas temporales por su pecado. Si bien cubrían el acto, nunca limpiaban las conciencias. Semana tras semana y año tras año, la gente necesitaba que sus pecados fueran cubiertos por el sacrificio de sangre de animales inocentes.
Después de Cristo.
Pablo, en su carta a los hebreos, se asegura de que los judíos conversos a Cristo sepan que no solo la sangre derramada por Jesús limpió la superficie de su pizarra de pecado de forma permanente, sino que, por primera vez en la historia de la humanidad, ¡la conciencia de un pecador podía ser limpiada también!
Cuando finalmente me humillé ante mi Salvador y me convertí en recipiente de la infinita gracia de Jesús, todas mis faltas de pecado y actos de orgullo fueron barridos. Fui perdonada, pero aún mejor, fui liberada de la vergüenza que había cargado durante tantos años. Pude haber gritado, en palabras del Reverendo Martin Luther King, Jr., "¡Libre al fin, libre al fin, gracias a Dios Todopoderoso, por fin soy libre!"
Voy a adivinar que hay muchas de ustedes que leen esto hoy y que le han pedido a Jesús que perdone sus pecados ─incluso muchas veces ─y aún así, todavía tienen que SENTIR que han sido perdonadas. La verdad honesta, debería decirse, es que todavía te sientes bastante culpable por algo que hiciste en el pasado ─ya sabes, ese pecado realmente GRANDE parece que no te lo puedes quitar de encima. Entiendo eso, créeme que lo entiendo.
He aquí la dura verdad que he llegado a aprender: no es una señal de humildad espiritual continuar con tu remordimiento. En realidad, es una falta de fe en la plenitud del perdón que se te ha ofrecido. Si Jesús te ha declarado perdonada y libre, sin embargo, sigues caminando en la esclavitud de la vergüenza y la culpa, has puesto la opinión de ti misma por encima de la autoridad de Dios.
La Biblia es clara. Jesús es a la vez juez y jurado. Su veredicto de "No culpable" para cada seguidor de Cristo permanece indiscutible. Amiga, si te has arrepentido de tu pecado y has pedido Su perdón, debes saber esto: Estás COMPLETAMENTE perdonada. ¡Es la limpieza más profunda que tu conciencia podría tener jamás!
Vamos a orar
Señor, ¿quién de nosotros, por nuestra propia cuenta, puede permanecer delante de Ti? Sólo por medio de la limpieza de Tu sangre podemos acercarnos a Tu Trono de Gracia. Gracias por Tu don de limpiar no solo nuestros pecados, ¡sino nuestras conciencias también! Capacítanos para creerte cuando dices que somos perdonadas. En el poderoso Nombre de Jesús, oramos,
Amén.
Ahora es tu turno
¿Te encuentras a ti misma carente de la fe para creer que tu deuda – pecado (y vergüenza) ya no pueden ser recordados? “Así que, la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Cristo.” (Romanos 10: 17, ESV), traducción personal ¡Obtenla al leer en tu Biblia, chica! Allí vas a encontrar relatos detallados de personas, tales como Moisés, David, y Pedro, quienes fueron libres de sus pasados llenos de vergüenza para que pudieran ser usados poderosamente en el plan redentor de Dios para este mundo. Lee suficiente de estos relatos históricos, y confío en que te vas a convencer de que tus pecados no son distintos a los suyos: ¡cometidos, sí, pero arrepentidos, perdonados y olvidados!
Más de las Chicas GiG
Overcoming Back and Neck Pain (Cómo Superar el Dolor de Espalda y Cuello) (Harvest House Publishers) es uno de los seis libros de Lisa de su colección de recursos para la salud Restaurando tu Templo®. Sus libros están disponibles en Amazon.com, barnesandnoble.com, o en cualquier venta de libros.
Lisa Morrone, PT es una fisioterapeuta, profesora, y autora de seis libros, conductora radial y conferencista que anima a la gente a “Mantenerse Saludable por el Amor de Dios.” Visita página web de Lisa para más información y suscríbete para recibir su informativo “Consejos Saludables del Lunes en la Mañana.”
Traducción: Norma Galvis
Comentarios
Publicar un comentario