La Cadencia de la Gracia
La Verdad
de Hoy
Olvida los pecados y transgresiones que
cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor,
eres bueno. (Salmos 25:7) NVI
Entre
Amigas
"A ti, Señor, elevo mi alma; mi Dios, en ti
confío; no permitas que sea yo humillado, no dejes que mis enemigos se burlen
de mí. Quien en ti pone su esperanza
jamás será avergonzado; pero quedarán en vergüenza los que traicionan
sin razón. Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. Encamíname
en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza
todo el día!" (Salmos 25:1-5)
Salmos
25 es simplemente asombroso. David profesa su deseo y necesidad de Dios
con una voz auténtica. Leo esto y soy
retada. Me pregunto si mi deseo por Dios
va a ser alguna vez tan fuerte. Quiero
que lo sea. Quiero que mi esperanza esté
en Él todo el día, sin embargo, a menudo me distraigo y pongo mi esperanza en las
cosas visibles y tangibles. Cosas que no
requieren fe.
¡Oh, este salmo podría ser la cadencia de mi
corazón!
“Olvida los pecados y transgresiones que
cometí en mi juventud. Acuérdate de mí según tu gran amor, porque tú, Señor,
eres bueno. (Salmos 25:7)
Acuérdate de mí según tu gran amor, Señor,
recuérdame. Sí. Esto. El amor de Dios lo cambia todo.
Mi historia de redención es la evidencia. Lo
cuento en mis libros, “I Want It All” y “Broken Into Beautiful” (Yo lo Quiero
Todo y De Destrozada a Hermosa, sólo en inglés). Lo he compartido en los programas de
televisión, podcast, entrevistas, y cada vez que hablo. El amor de Dios me encontró en mi mayor
desastre. En los lugares más oscuros de
rebelión y dolor. Oré y me confesé con
Él como una chica desesperada y quebrantada de universidad, como David lo hizo:
Olvida los pecados y transgresiones que
cometí en mi juventud.
Y Él me encontró aquí... en el afilado grosor
de mi ruina, con Sus brazos brillantes y sanadores de gracia y misericordia.
Dios tomó mis fracasos y me dio perdón. Tomó
mi quebrantamiento y me dio Su belleza. Tomó mi suciedad y me dio su gracia.
¿Dónde estás con la gracia hoy?
¿Confías en Dios con los detalles de tu
pasado?
¿Confías en Él con los dolores de tu
presente?
Salmos
25 dice
que Dios se acuerda de nosotros según Su gran amor, no de acuerdo con nuestros
fracasos y frustraciones. Y Su amor lo cambia todo.
Cuando vamos a Dios en confesión no somos
perdonados por amor hacia nosotros.
Somos perdonados por el amor de Su santo nombre.
Esperar y confiar en Jesús puede ser difícil.
Aceptar el regalo de la gracia es algo grande. He luchado con sentimientos de inferioridad,
sabiendo que no merezco perdón. Pero
la Palabra de Dios me dice que la pena por mi pecado fue totalmente pagada por
Jesús en la cruz. Él lo dijo de esta
manera, “Si el Hijo los libera, serán verdaderamente libres.”
Cuando entramos en esta libertad, elegimos esperar
y confiar en que la gracia de Jesús es suficiente.
Avanza en la gracia hoy, amiga. Mantén tu cabeza en alto, no por todo lo que
has hecho o dónde has estado, sino debido a la redención y la restauración que
tienes en Cristo.
Abraza esta libertad, sabiendo que la justificación
llena de misericordia, y pagada, en la cual tú estás es un fundamento firme e inconmovible.
Nadie que espera en Él va a ser puesto nunca
en vergüenza.
Vamos a orar
Amado Dios, mi esperanza está en Ti. Muéstrame tus caminos. Enséñame tus sendas. Guíame en tus
verdades. Susurra amor secreto a mi
corazón. Por favor llévame de nuevo a tus planes y propósitos por amor a Tu
nombre, Jesús. Dame el coraje y la
gracia mientras avanzo en la libertad de Tu perdón.
En el Nombre de Jesús oro,
Amén.
Ahora es tu
turno
Lee Salmos
25 y nota
todos los atributos y características enumeradas de Dios. ¿Qué cosa puedes hacer hoy para aferrarte a
la esperanza de Dios? ¿Necesitas guía? Haz una pausa para leer y orar a través
de estas indicaciones, luego cuéntame dónde estás con esto hoy en mi blog o en un mensaje directo en Instagram.
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Traducción: Norma Galvis
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