Dos Oídos, Una Boca... No se Diga Más
La Verdad
de Hoy
Si alguien
se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y
su religión no sirve para nada.. (Santiago 1: 26, NIV)
Entre
Amigas
Quiero que mis palabras sean dadoras de vida. Quiero usar mis palabras y el
tono de voz para bendecir a las personas y para amarlas bien. ¿No es eso lo que
todos queremos? ¿No es eso lo que agrada a Dios? Para ser clara: todavía estoy en progreso cuando se trata de
esto, pero por la gracia de Dios estoy progresando.
Mi corazón está en silencio mientras reflexiono sobre la manera en que
Santiago abordó la importancia de nuestras palabras en el Nuevo Testamento.
Mis queridos hermanos y hermanas, tomen nota de esto: “Mis queridos
hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser
lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa
que Dios quiere. Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su
lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada.” (Santiago
1: 19-20, 26,
NVI)
Conozco este versículo. Quizás tú también. Tal vez incluso lo sepas de
memoria o lo tengas escrito en una tarjeta pegada al espejo de tu baño. Pero,
como Santiago nos recuerda no tan sutilmente, saber y hacer son dos cosas
diferentes (Santiago
1:22). No es lo suficientemente bueno para nosotras ser
"conocedores" de la Palabra de Dios. Si queremos ser mujeres de gran
impacto divino, también debemos ser hacedoras.
Así que analicemos el versículo para poder implementar mejor lo que tiene
que decir acerca de cómo asegurarnos de que nuestras palabras van a ser dadoras
de vida.
Sé “Rápida para Escuchar”
Mi amiga Jodie dijo: “Esto es difícil para una chica que le gusta
terminar las oraciones y encuentra que el silencio es el sonido más incómodo
del mundo. A menudo tengo que desactivar la voz en mi propia mente para
escuchar realmente a la otra persona.” La entiendo. ¿Tú no? Qué buen consejo.
Para ser un buen oyente tengo que desactivar la voz en mi mente. No necesito
pensar en mi respuesta mientras la persona está hablando, necesito escuchar y
estar en el momento. Necesito escuchar Cuando escucho, estoy mejor preparado
para ser compasivo, comprensivo, amable y honorable.
Me meto en problemas cuando no escucho. Me tropiezo con pensamientos
arrogantes, confiando en que yo sé más, entiendo más, tengo una idea mejor que
una idea más correcta, una idea más santa. Dios sabía que esto sería una lucha
para la mayoría de nosotras. Él nos indica un camino mejor en Su Palabra. Se
rápida para escuchar.
Se “Lenta para Hablar y para Enojarte”
Esto puede ser una noticia para algunos de ustedes, pero tengo muchas
opiniones. ¡Montones de ellas! Y casi me había convencido a mí misma de que la
gente necesita escucharlas. Ciertamente mi esposo. Él debe saber dónde estoy
parada en todo lo que dice y todo lo que piensa. ¿Cierto? Y mis hijos
"¡Oh, a mis hijos les ENCANTA cuando les doy mi opinión veinte veces al
día!" dicho por una madre que no ha tenido hijos adolescentes. . . jamás.
Así que, con esta directiva para ser lenta para hablar, me siento un poco más derecha
en mi silla.
Y luego está esa parte de "lento para enojarse". ¡Ejem! ¿He
mencionado que soy un poco picante? Lo atribuyo a ser una chica procaz de la clase
Burguesa, pero esa es solo una manera para poder poner excusas por mi pecado.
Algunas personas mantienen su enojo. No soy de esa gente. Mi ira se convierte
en un encantador despliegue de fuegos artificiales dentro de nuestra casa.
¡Enciende mi fusible y te mostraré un color brillante y te permitiré escuchar
mis explosiones!
Y con esa gema vulnerable de admisión, pasamos al siguiente punto tan
difícil que nos llevará hacia la justicia que Dios desea de nosotras.
"Mantén
un Control Estricto en tu Lengua"
El apóstol Pablo les dijo a los creyentes en Éfeso: "
Eviten toda conversación obscena.
Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y
sean de bendición para quienes escuchan" (Efesios
4:29). Una palabra
importante para notar en ese versículo es la palabra toda. Eso ni siquiera deja espacio para una escapatoria o una
excusa que comienza con "Pero EL dijo. . . "
Es posible que tú y yo tengamos un problema de elección de palabras,
¡pero nuestro problema de elección de palabras no tiene por qué serlo! Somos
hijas de Dios que estamos llenas de Su justicia. Es hora de un nuevo día con nuevas
palabras, amiga.
Barbilla arriba Hombros atrás. Respira profundo. Un paso intencional adelante.
Vamos a hacer esto.
Vamos a orar
Santo Padre, por favor perdóname por todas las
veces que he permitido que mi conducta pecaminosa se deslice en mis
pensamientos y conversaciones. Te pido ahora
mismo, “Examíname, oh Dios, y
sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por
mal camino, y guíame por el camino eterno.” (Salmos 139:23-24).
En el Nombre de Jesús,
Amén.
Ahora es tu
turno
Lee Proverbios 18: 21. ¿Cuáles son los dos poderes que
posee tu lengua? ¿Cuál de ellos deseas que tus palabras reflejen? ¿Qué puedes hacer hoy para hacer que esto
suceda?
Más de las
Chicas GiG
La
publicación de hoy es un extracto del nuevo libro de Gwen Smith, I WANT IT ALL,
YO LO QUIERO TODO, el cual te da pasos prácticos que te ayudan a conectar tus
luchas con las soluciones y la fortaleza de Dios que se encuentra en la Biblia. ¿Tienes Prime? Ordena el tuyo en Amazon. Para una copia
firmada, obtén el tuyo en la tienda de la página web de
Gwen.
Traducción: Norma Galvis
Comentarios
Publicar un comentario