A Veces Solo Necesitas Respirar



Octubre 18, 2018
A Veces Solo Necesitas Respirar
Sharon Jaynes

La Verdad de Hoy

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!.” (Salmos 1:1-3, NVI)

Entre Amigas

Era uno de mis árboles favoritos. Y se estaba muriendo.

Vivimos en un lago, y mi árbol moribundo era verdaderamente un "árbol plantado a la orilla de un río". Entonces, ¿cómo podría estar muriendo? ¿Cómo podrían las ramas que se encuentran justo en el medio del arbusto verde estar convirtiéndose en leña? No tenía sentido.

Llamé a un arbolista para que viniera y le diera un vistazo. Él vio el problema de inmediato.

"Señora, ¿ve cómo se ese árbol parece un poste de teléfono clavado en el suelo? No es así como se debe plantar un árbol. Usted debería poder ver algunas de las raíces que se extienden desde el tronco. Esas raíces están cubiertas de tierra, hierba y estas hermosas plantas perennes que ha sembrado en la base. El árbol no puede respirar ".

"¿No puede respirar?" Pregunté.

"Síp. Vea, un árbol es un organismo vivo que necesita respirar, así como usted lo hace. Si las raíces están asfixiadas, entonces no puede. Los árboles necesitan luz solar, agua, dióxido de carbono y nutrientes del suelo. Esas flores que ha plantado a su alrededor en realidad se están robando los nutrientes. La tierra que cubre las raíces lo está asfixiando. Tiene agua, pero necesita más que eso.”

"En conclusión, su árbol está estresado".

Ah, palabras que entiendo. "Estresado."

Entonces, el arbolista limpió parte de la tierra alrededor de las raíces para permitir que el árbol respirara y cortó las ramas muertas. Luego desenterró las flores y las echó a un lado. Casi podía escuchar al árbol respirar profundamente como si dijera: "¡Ah, gracias!"

Tres meses después, parece que el árbol lo va a lograr después de todo.

Toda esta reflexión sobre mi árbol plantado a la orilla de un río me hizo pensar en mi agenda ... en mi vida. Y, por supuesto, eso me llevó a tu agenda ... a tu vida.

Me gusta pensar de mí misma como un árbol plantado a la orilla de un río, similar al que se menciona en el primer salmo. Me levanto cada mañana y me remojo en la Palabra de Dios antes de entrar en mi día. Esa es mi agua. Mi agua viva.

Pero no es suficiente beber por la mañana y luego sofocar mi día con demasiadas actividades, compromisos y fechas límite. Necesito más que agua para prosperar. Necesito poder respirar.

Puedo plantar "hermosas" actividades en mi vida como esas flores, pero éstas pueden estar succionando los nutrientes directamente de mi alma. Esas actividades pueden verse bien en mi agenda, pero puede que no sean buenas para el alma. Puedo sofocar mis raíces con compromisos y apilarme en el suelo para que me parezca más a un ser inerte que está clavado en el suelo ─un poste telefónico ─en lugar de un árbol que da fruto.

Entonces, al comenzar esta temporada de otoño con sus actividades, tengo que detenerme y examinar si son exactamente lo que Dios quiere que haga, o si son simplemente "flores bonitas" que me impiden ser el árbol que da fruto a su debido tiempo.

Mientras pensaba en mi agenda de otoño con sus compromisos y fechas límite, tuve que preguntarme si estoy cubriendo las raíces de mi corazón ─sofocándolo del mismo aire que necesita para respirar.

Y eso es lo que quiero que consideres hoy.  Vamos a hacer algo más que sobrevivir. ¡Vamos a prosperar! Elimina lo que tiene que ser despejado. Desecha lo que tiene que ser desechado (incluso si se ve bonito en tu agenda). Haz espacio para respirar.

Vamos a orar

Señor, quiero se un árbol plantado a la orilla de un río que da fruto a su debido tiempo.  Mientras entro en la temporada de otoño, abre mis ojos para ver las actividades y los compromisos innecesarios, y ayúdame a saber cuándo decir “no.”  Muéstrame lo que necesito arrancar y echar a un lado.  Ayúdame a hacer lo que tengo que hacer para evitar estresar mis raíces y sofocar mi alma.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

Quiero que tengas este devocional en mente mientras se acerca el otoño.  Antes de poner algo en tu agenda, hazte estas tres preguntas que Liz Higgs se hace a sí misma en su libro Only Angles Can Wing It.  Sólo los Ángeles Pueden Volar.

1.   ¿Esta actividad va a importar dentro de una semana? ¿Un mes? ¿Un año?
2.   ¿Hay alguien que hace esta tarea mejor que yo, a quien yo pudiera delegarla?
3.   ¿Hacer esto satisface un corazón necesitado de mí o de alguien a quien amo mucho?
4.   ¿Cuáles son las ramificaciones si no hago esto?
5.   ¿Cuáles son los resultados si lo hago?

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Traducción:  Norma Galvis.

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