Un Siervo Poco Probable
Abril 2, 2019
Un Siervo Poco Probable
Un Siervo Poco Probable
La Verdad
de Hoy
El Señor le
respondió, ‘Yo estaré contigo. Parecerá como si los Madianitas con los que
estás luchando fueran un solo hombre. (Jueces 6: 16, NCV[1]).
Entre Amigas
Nací para ser una maestra de primaria –punto.
Así que cuando un total extraño me tocó en el hombro y dijo, “Mientras estabas
cantando, Dios me dijo que deberías ser mi Asistente Juvenil de Música este
verano,” sentí pena por él. Él obviamente necesitaba que le revisaran su
audición.
Acababa de graduarme de la universidad con un
grado de enseñanza para la educación básica primaria. Una buena amiga estaba
liderando la alabanza en una iglesia local y me pidió que cantara un solo en el
servicio de la tarde. Eso era todo –o eso pensé. Cuando el servicio terminó, mi buena amiga me presentó a su buen amigo, el extraño con problemas
de audición, y dijo, “Deberías al menos orar por su oferta.” Lo hice. Y aquí
estoy –treinta años después –una sierva poco probable que vive asombrándose
constantemente ante el plan de Dios para su vida.
La Biblia está llena de hombres y mujeres que
eran siervos poco probables. Débiles, temerosos, y poco dispuestos, ellos
pelearon contra el llamado de Dios, ofreciendo excusas y rogando por que los
eximieran –tal como nosotros lo hacemos. Gedeón era un hombre así. (Puedes leer
toda la historia en Jueces 6:11-16.)
Gedeón era un granjero, un hombre de familia que
solo intentaba ganarse la vida y poner comida sobre la mesa. Como nosotros, él
se sentía inadecuado y indigno de llevar a cabo el plan de Dios para su vida.
Pero Dios veía lo que Gedeón podía ser, no solo lo que era.
El hecho de que el ángel llamó a Gedeón un “guerrero
valiente” es simplemente gracioso. Gedeón no se veía como un guerrero valiente y
ciertamente no actuaba como uno.
Normalmente, el trigo se trillaba en un área abierta sobre una era con
bueyes tirando un trineo sobre los tallos. No Gedeón. Él hacía su trabajo en un
lagar, oculto de la vista de los madianitas. No lo culpo. Los madianitas eran
básicamente terroristas –un grande y poderoso ejército de invasores nómadas. Dios
quería que Gedeón los derrotara y liberara a los israelitas.
Puedo imaginar la mirada en el rostro de
Gedeón y el pánico total en su corazón cuando Dios le contó el plan. La
respuesta de Gedeón fue tan humana y tan parecida a la nuestra cuando Dios nos
llama a hacer algo que parece absolutamente imposible y que no tiene ningún
sentido humanamente.
¿Me
estás hablando a mí?
Debes
haberme confundido con alguien más.
¿Quieres
que haga qué? ¿Qué salve a quién? ¡Eso es gracioso!
Vengo
del lado equivocado del linaje de Manasés.
La
gente como yo no salva naciones ni derrota ejércitos.
No creo que Gedeón estuviera siendo humilde.
Creo que estaba asustado hasta la médula y firmemente convencido de que estaba
totalmente descalificado para el trabajo que Dios le estaba pidiendo que
hiciera. Conozco ese sentimiento. Tiendo a usar mis debilidades como excusas para
la desobediencia en lugar de aceptarlas por lo que realmente son, oportunidades
para que Dios se muestre y alardee en mi vida. El poder de Dios brilla mejor a
través de las debilidades obvias. Y así como Dios fue con el imperfecto Gedeón,
Él es con nosotras.
El compromiso de Dios con Gedeón reafirmó Su presencia con Gedeón y la facilidad con la cual Gedeón tendría la victoria
sobre los madianitas. La traducción literal es “como si fueran un solo hombre.”
¡Me encanta esto! Aquí estaba Gedeón, probablemente el último hombre que
alguien escogería para enfrentar a los madianitas, y Dios le estaba diciendo
que la victoria sería tan fácil que parecería como si estuviera enfrentando a
un hombre en lugar de un ejército de feroces invasores.
Sin embargo, la actitud de Gedeón fue pésima.
Casi puedo escucharlo gemir mientras le echaba la culpa a Dios por meter a los
israelitas en su actual lío y expresar grandes dudas sobre la voluntad de dios
o incluso Su deseo de salvarlos. Gedeón escupió todas las excusas imaginables,
recordándole a Dios lo débil que era, ventilando su duda y confusión mientras
cuestionaba la validez de la elección de Dios. Sin embargo, Dios insistió que
Gedeón era el hombre para el trabajo.
Poner excusas siempre es un desperdicio de
tiempo debido a que Dios es completamente consiente de quiénes somos y lo que
podemos o no hacer. Cuando Dios nos llama, Él no solo nos equipa, sino que
también nos empodera para obedecer ese llamado. El Señor le dijo a Gedeón “ve
con la fuerza que tienes.” Dios le
estaba pidiendo a Gedeón dar pasos de fe, sabiendo que sus escasas fuerzas no
serían suficientes para la tarea por delante.
La realidad es que nuestras fuerzas jamás son suficientes para ninguna
tarea. De eso se trata la fe. La fe está dispuesta a dar pasos en medio del
aire, sin red de seguridad a la vista –confiando en que Dios va a estar ahí –en
el punto de nuestra mayor necesidad.
Vamos a orar
Padre, yo soy como
Gedeón. Tengo miedo de dar pasos de fe. Quiero confiar en Ti, pero mi fe es
débil. No entiendo cómo puedes amar a alguien como yo... y pensar que tienes un
plan especial para mi vida es difícil de creer. Ayúdame en mi incredulidad,
Señor.
En el Nombre de
Jesús,
Amén.
Ahora es Tu Turno
Lee y memoriza Hebreos
11:1 (NVI) “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se
espera, la certeza de lo que no se ve.”
¿Cómo definirías “garantía” y “certeza”
en lo que respecta a tu fe en Dios?
Piensa en la siguiente definición
de fe: FAITH (FE), Forsaking (Olvidando) All (Todo) I (Yo) Trust (Confío) Him (en Él)
¿Qué significa “todo” en tu vida?
Más de las Amigas GiG
La fe es como un músculo.
Entre más lo usamos... más fuerte se vuelve. Tu fe puede parecer pequeña, pero
cuando se pone en las manos de Dios, se vuelve más que suficiente. ¿Quieres crecer
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Traducción:
Norma Galvis
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