Nuestro Dios de Segundas Oportunidades
La Verdad de Hoy
“Todavía
estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su
encuentro, lo abrazó y lo besó.” (Lucas 15: 20, NVI)
Entre Amigas
Tal vez una de las historias más memorables y
conmovedoras de la gracia y el perdón está registrada en Lucas
15.
Es lo que hemos llegado a conocer como la Historia del Hijo Pródigo. Este joven
exigió su herencia mientras su padre aún vivía, lo gastó todo en una vida
desenfrenada y se vio a sí mismo sucio, desamparado y desesperado. Tan
despreciable como eran los cerdos para los judíos, este joven tomó un trabajo cuidando
cerdos y comiendo su comida solo para sobrevivir. Pero entonces tuvo una revelación.
"Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos
jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Tengo
que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu
hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros”. Así que emprendió el viaje
y se fue a su padre." (Lucas 15: 17-20).
¿Y dónde estaba su padre? Estaba recorriendo el
horizonte, esperando una señal de que su hijo pudiera regresar a casa. No dejes
pasar la profundidad de esa frase. El padre estaba RECORRIENDO el horizonte.
Mirando. Esperando. Orando.
Es fácil pensar que Dios está fríamente sentado en
su trono, esperando que regresemos de rastras con él. Ese no es el cuadro que
Jesús pinta en absoluto. El padre estaba recorriendo el horizonte. Buscando. Deambulando.
Expectante. Eso demuestra lo mucho que tu padre celestial te ama. No hay nada
pasivo al respecto.
Mientras "todavía estaba lejos" (versículo
20), el padre divisó a su hijo en el horizonte. Lleno de compasión, levantó los
bordes de su túnica y corrió. No esperó a que su hijo viniera a él, arrastrándose
a sus pies y suplicara perdón. No, tan pronto como el padre vislumbró a su
hijo, corrió hacia su muchacho, lo sofocó con besos y lo recibió en casa.
Si recuerdas, no todos estaban contentos cuando el
hijo pródigo regresó. Su hermano mayor resintió el hecho de que él tuviera otra
oportunidad. ¿Y sabes qué? Habrá quienes resienten el hecho de que nosotras
también tengamos otra oportunidad.
"Tu hermano mayor no tiene problema con que
regreses, siempre y cuando lo hagas con la cabeza gacha y muestres lo
avergonzado que estás. Pero cuando Dios tiene la audacia de darte un poquito de
dignidad y entonces te atreves a mostrar tu radiante rostro a los cielos en
adoración por la liberación de tu pecado, ¡tu hermano mayor puede quedar
pasmado! Es ese orgullo que no puede celebrar el regreso del hermano pródigo.
Los que no celebran son los que todavía están convencidos de que han hecho algo
correcto para ser amados por el Padre.”11
11 Tus Cicatrices son Hermosas para Dios, Sharon Jaynes, pág 130, citando a When
Godly People Do Ungodly Things, Beth Moore, B & H Publishers, 2002.
Yo digo, déjalo que se pasme. Nada hace enojar más a
algunas personas que la gracia. El hermano mayor también está invitado a la
fiesta, y es su decisión si quiere o no unirse a la celebración. Me alegro de
que él no sea el que está a cargo.
Jesús le estaba contando esta historia a un grupo de
fariseos, mientras que otros también escuchaban. La pregunta típica que se hace
cuando se cuenta esta historia es si eres el hijo pródigo o el hermano mayor.
Pero aquí es donde quiero que te prepares para las buenas noticias hoy. Jesús los
amaba a ambos. Al pródigo y al hermano mayor. Al pecador y al fariseo. A ti y a mí. Él recorre el horizonte buscando
que todos vengan a Él. Y cuando lo hacemos, Él dice: ¡Que comience la fiesta!
Vamos a Orar
Amado Señor, Te agradezco por no rendirte jamás
conmigo. Ya sea que esté actuando como el hijo pródigo o el crítico hermano
mayor, yo sé que me amas y anhelas que tome mi lugar en Tus amorosos brazos.
Padre, estoy en casa.
En Tu Nombre,
Amén.
Ahora es tu turno
Lee Lucas 15: 11-32 en tu biblia
hoy.
¿Qué es lo que más te impresiona
sobre la reacción del Padre con sus hijos?
¿Qué es lo que Dios te está
diciendo de esta historia hoy?
Más de las GiGs
¿Las voces en tu cabeza te dicen
que no eres suficientemente buena, inteligente, bonita... o simplemente que no
sirves para nada, punto? En el nuevo libro de Sharon, Enough: Silencing the Lies that Steal
Your Confidence (Ya Basta: Cómo Silenciar las Mentiras que
se Roban tu Confianza) vas a aprender a cargar tu corazón con la verdad para
luchar contra tus más profundas inseguridades. Debido a la obra terminada de
Jesucristo, y Su Espíritu en ti... eres suficiente. ¡Y no permitas que el
diablo te diga algo diferente!
Traducción: Norma Galvis
Comentarios
Publicar un comentario