Nuestro Dios de Segundas Oportunidades




Abril 3,2019
Nuestro Dios de Segundas Oportunidades
Sharon Jaynes

La Verdad de Hoy

“Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó.” (Lucas 15: 20, NVI)

Entre Amigas

Tal vez una de las historias más memorables y conmovedoras de la gracia y el perdón está registrada en Lucas 15. Es lo que hemos llegado a conocer como la Historia del Hijo Pródigo. Este joven exigió su herencia mientras su padre aún vivía, lo gastó todo en una vida desenfrenada y se vio a sí mismo sucio, desamparado y desesperado. Tan despreciable como eran los cerdos para los judíos, este joven tomó un trabajo cuidando cerdos y comiendo su comida solo para sobrevivir. Pero entonces tuvo una revelación.

"Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros”. Así que emprendió el viaje y se fue a su padre." (Lucas 15: 17-20).

¿Y dónde estaba su padre? Estaba recorriendo el horizonte, esperando una señal de que su hijo pudiera regresar a casa. No dejes pasar la profundidad de esa frase. El padre estaba RECORRIENDO el horizonte. Mirando. Esperando. Orando.

Es fácil pensar que Dios está fríamente sentado en su trono, esperando que regresemos de rastras con él. Ese no es el cuadro que Jesús pinta en absoluto. El padre estaba recorriendo el horizonte. Buscando. Deambulando. Expectante. Eso demuestra lo mucho que tu padre celestial te ama. No hay nada pasivo al respecto.

Mientras "todavía estaba lejos" (versículo 20), el padre divisó a su hijo en el horizonte. Lleno de compasión, levantó los bordes de su túnica y corrió. No esperó a que su hijo viniera a él, arrastrándose a sus pies y suplicara perdón. No, tan pronto como el padre vislumbró a su hijo, corrió hacia su muchacho, lo sofocó con besos y lo recibió en casa.

Si recuerdas, no todos estaban contentos cuando el hijo pródigo regresó. Su hermano mayor resintió el hecho de que él tuviera otra oportunidad. ¿Y sabes qué? Habrá quienes resienten el hecho de que nosotras también tengamos otra oportunidad.

"Tu hermano mayor no tiene problema con que regreses, siempre y cuando lo hagas con la cabeza gacha y muestres lo avergonzado que estás. Pero cuando Dios tiene la audacia de darte un poquito de dignidad y entonces te atreves a mostrar tu radiante rostro a los cielos en adoración por la liberación de tu pecado, ¡tu hermano mayor puede quedar pasmado! Es ese orgullo que no puede celebrar el regreso del hermano pródigo. Los que no celebran son los que todavía están convencidos de que han hecho algo correcto para ser amados por el Padre.”11

11 Tus Cicatrices son Hermosas para Dios, Sharon Jaynes, pág 130, citando a When Godly People Do Ungodly Things, Beth Moore, B & H Publishers, 2002.

Yo digo, déjalo que se pasme. Nada hace enojar más a algunas personas que la gracia. El hermano mayor también está invitado a la fiesta, y es su decisión si quiere o no unirse a la celebración. Me alegro de que él no sea el que está a cargo.

Jesús le estaba contando esta historia a un grupo de fariseos, mientras que otros también escuchaban. La pregunta típica que se hace cuando se cuenta esta historia es si eres el hijo pródigo o el hermano mayor. Pero aquí es donde quiero que te prepares para las buenas noticias hoy. Jesús los amaba a ambos. Al pródigo y al hermano mayor. Al pecador y al fariseo.  A ti y a mí. Él recorre el horizonte buscando que todos vengan a Él. Y cuando lo hacemos, Él dice: ¡Que comience la fiesta!

Vamos a Orar

Amado Señor, Te agradezco por no rendirte jamás conmigo. Ya sea que esté actuando como el hijo pródigo o el crítico hermano mayor, yo sé que me amas y anhelas que tome mi lugar en Tus amorosos brazos. Padre, estoy en casa.

En Tu Nombre,

Amén.

Ahora es tu turno

Lee Lucas 15: 11-32  en tu biblia hoy.

¿Qué es lo que más te impresiona sobre la reacción del Padre con sus hijos?

¿Qué es lo que Dios te está diciendo de esta historia hoy?

Más de las GiGs

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Traducción:  Norma Galvis

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