Debbie Demoliciones



Enero 28, 2019
Debbie Demoliciones

La Verdad de Hoy


La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye. (Proverbios 14:1, NIV)

Entre Amigas

En el pasado, donde fuera que leyera el versículo anterior, siempre lo había considerado en el contexto de la mujer cabeza de familia, o de una esposa. Pero ciertamente, este rol de "Demolición Debbie" podría pertenecer a una chica adolescente bocona, una novia desagradable, una compañera de trabajo irrespetuosa o incluso una hermana adulta desdeñosa. Las Escrituras se cuidan de no etiquetar a esta mujer más allá de "sabia" o "necia", y nos da a cada una la oportunidad de meternos nosotras mismas en esta advertencia descriptiva.

¿Cómo, exactamente, esta mujer necia derriba su casa? Bueno, conociendo a la mujer (y siendo una), tengo un fuerte presentimiento: Su lengua, señoras. A la mayoría de nosotras se nos ha dicho que poseemos el "don de charlar.” Y algunas de nosotras, me incluyo a mí misma, hemos sido acusadas, en un momento u otro, de tener "¡diarrea verbal!".

Todo ese movimiento de la lengua puede meternos en graves problemas. Especialmente cuando nuestro discurso es sarcástico, lleno de tono condescendiente, o lleno de insultos o quejas. Al crecer en un hogar donde reinaban las lenguas afiladas y las discusiones verbales llenaban el aire, fui bien entrenado para usar mi lengua como arma.

Cuando estaba frustrada, mi lengua salía con toda su fuerza. Esta fue una área en la que el Señor tuvo que lidiar de manera más marcada conmigo, ya que estaba acostumbrada a derribar a la gente en la casa de mi crianza. Mi esposo ─y luego mi prometido ─me ayudó a ver cuán insultantes podrían ser mis palabras un día después de recibir un arranque verbal de mi parte. Me interrumpió con calma y me dijo: "Oye, no merezco que me hablen de esa manera." Y tenía razón, no lo merecía.

Durante las últimas tres décadas, he hecho grandes avances en esta área, aunque todavía lo hago, de vez en cuando "tengo un tonito", como diría mi esposo. La manera en que Jesús comenzó a trabajar en esto para mí fue mostrarme que de lo que sale de mi corazón, habla mi boca. Mi corazón necesitaba estar bien para que mi discurso reflejara la gracia del Señor. En segundo lugar, tenía que darme cuenta de que yo no era el Espíritu Santo para los demás, es decir, no era mi labor hacer comentarios para reformar el comportamiento de quienes están en mi vida ─era el deber de mis oraciones y de mi Dios.

Una vez que limé mi afilada lengua, fui capaz de hablar con mis hijos, sin gritarles, pasar por alto el insulto de un amigo y, en lugar de refutar bruscamente algo que mi madre, mi esposo o mi hermano me dijeron, simplemente pude optar por el silencio. He llegado a adoptar este nuevo eslogan: una mujer sabia dijo una vez: ¡nada!

Amigas, he visto a más de algunos de unos cuantos de mis amigos y conocidos romper sus matrimonios, sus relaciones con sus hijos, sus padres, sus hermanos, todo debido a los incendios que ─ardían dentro de sus bocas ─su lengua.

Se me ocurrió una idea mientras leía el Libro de Job el verano pasado y pensaba en esta verdad: tal vez la razón por la que Satanás no eliminó a la esposa de Job junto con sus hijos fue que mantenerla viva a ella y a su mordaz lengua era otra faceta de su tortura

Chica, ¡JAMÁS vamos a dejarnos usar por Satanás como su arma en la vida de los demás!

Vamos a orar

Señor Jesús, lo último por lo que quiero ser recordada es por que fui una gran demoledora de mi casa y de las relaciones que me rodeaban. Por favor, reforma mi corazón y ayúdame a mantener el control sobre mi lengua mientras busco ser honorable en todo lo que digo y hago.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

Pablo nos dice, en su carta a Timoteo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia.” Pasa un momento tranquilo reflexionando en cada uno de estos versículos y permite que el Espíritu Santo lo haga su voluntad en ti.

Santiago 3: 6

También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.

Proverbios 12: 18

El charlatán hiere con la lengua como con una espada, pero la lengua del sabio brinda alivio.                                                                                                                                             

Proverbios 15:1

La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego.

Proverbios 17: 19a

Al que le gusta pecar, le gusta pelear; el que abre mucho la boca busca que se la rompan.

Proverbios 18: 21a

En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.

Proverbios 21: 9

Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera.

Proverbios 27: 15-16

Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea. Quien la domine podrá dominar el viento y retener aceite en la mano.

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Traducción:  Norma Galvis

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