Cuando el Diablo Susurra "No Eres Suficientemente Buena"



Enero 30, 2019
Cuando el Diablo Susurra “No Eres Suficientemente Buena”
Sharon Jaynes

La Verdad de Hoy



Entre Amigas

Fue mi primer gran compromiso para dar una conferencia en los años 90. Por qué dije que sí estaba más allá de mí. Nunca me había parado frente a más de un puñado de mujeres en mi estudio bíblico, o en el retiro de mujeres de nuestra iglesia. Incluso entonces, no tuve que usar un micrófono. Y ahora, quinientas mujeres expectantes iban a mirarme a la cara. Para rematar, el tema era La Confianza inquebrantable en Cristo. Cómico.

Dos semanas antes del evento, asistí a un almuerzo donde mi mentora, Mary Marshall Young, estaba compartiendo un corto devocional. Fue en una parte muy prestigiosa de la ciudad que yo no frecuentaba. Una de esas reuniones donde las carteras y los zapatos de las mujeres hacían juego. . . Quiero decir, estaban hechas del mismo material. Me sentía tan incómoda cuando me deslicé en mi silla cubierta de lienzo fino y puse mi bolso de Walmart debajo de la mesa. ¿Y a todas estas, dónde estaba Mary Marshall? Me preguntaba. Oh Dios mío, ella me saludó desde otra mesa al otro lado de la habitación y me dejó nadar sola en las aguas infestadas de sirenas.

Las otras damas en la mesa se conocían todas y comenzaron a bromear de un lado a otro. Uno casi se desmaya cuando dijo: "¿Cómo les pareció el conferencista del último retiro de mujeres de nuestra iglesia? ¿No fue maravilloso? "

"Oh, sí,” respondió su amiga. “¡Estaba tan poderosamente ungido! Uno de los mejores conferencistas que he escuchado. ¡Qué testimonio!”

"Lloré todo el tiempo a lo largo de su historia", otra intervino. "Oh, cómo Dios obró poderosamente en su familia".

“¡Y luego el pastor lo invitó a hablar el domingo por la mañana! No creo que vayamos a tener un conferencista tan bueno como ese de nuevo. "

Pasaron a describir a este asombroso hombre de Dios con palabras como ungido, formidable, dinámico, eléctrico y articulado.

“¿A qué iglesia asisten, señoras?”, Pregunté, tratando de contribuir a la conversación.

Cuando respondieron, mi pequeño sándwich de té se alojó en mi garganta y mi corazón dio un vuelco en mi pecho. ¡Esta era la misma iglesia donde me habían reservado para hablar en dos semanas! ¡A estas mismas mujeres!

Jamás les mencioné a las señoras que yo iba a ser la conferencista de su próxima noche de mujeres, porque en ese momento no estaba tan segura de fuera así. No tengo idea de lo que dijo Mary Marshal en su devocional. Todo lo que quería hacer era agarrar mi bolso de Walmart y escapar de la escena.

En un santiamén, caminé a mi auto lo más rápido que pude sin que pareciera que estaba corriendo. Con mi rostro como un pedernal, conduje hacia esa iglesia. Todo el tiempo, Satanás estaba susurrando en mi oído. “¿Quién te crees que eres para hablar en esa iglesia? ¿Escuchaste el calibre de las personas que traen? Ese hombre vino desde el otro lado del país. Tú estás viniendo desde el otro lado de la ciudad. ¿Qué podrías tener que decirles a estas mujeres que pudiera marcar alguna diferencia? Si fuera tú, me retiraría ahora antes de pasar vergüenza. "

¿Y sabes qué? Aunque sabía que era el diablo, le creí. Después de todo, lo que decía tenía mucho más sentido que la lista de "Mi nueva identidad en Cristo" colgada en la puerta de mi refrigerador.

"Disculpe," le pregunté a la recepcionista de la iglesia. "Me gustaría comprar una cinta del conferencista que tuvieron en su último evento de mujeres".

"Oh claro, querida. Fue realmente genial ".

“Si, me enteré."

"Aquí tienes", dijo ella. "Eso son cinco dólares".

Me fui para el automóvil, coloqué la cinta en la consola, presioné play y me preparé para una hora de poder.

No escuche nada

Presionado avance rápido. Presioné play. No había nada.

Le di la vuelta a la cinta. Presioné play. No había nada.

Presioné avance rápido en el lado dos. Presioné play. No había nada.

La cinta estaba en blanco.

Entonces Dios comenzó a hablar a mi corazón.

Sharon, no tienes que escuchar lo que mi siervo les dijo a estas personas hace dos semanas. La cinta está en blanco porque no quiero que te compares con nadie más. No importa lo que él dijo. Le di un mensaje. Te daré un mensaje. Puedo hablar a través de un profeta, puedo hablar a través de un pescador y puedo hablar a través de un burro.

¿Para quién estás "actuando", para mis hijos, para ellas o para Mi? No te compares con nadie. Tú eres mi hija y te estoy pidiendo que hables para una audiencia de Uno.

No me molesté en recuperar mi dinero por la cinta defectuosa. Era exactamente lo que necesitaba escuchar.

Así que la siguiente vez que Satanás me tentó con las palabras: "¿Quién te crees que eres?", esta fue mi respuesta:

Soy la novia de Cristo.

Soy co-heredera con Cristo.

Soy una hija de Dios elegida, santa y muy amada.

Soy más que vencedora por medio de Cristo.

Soy templo de Dios. Su espíritu vive en mí.

Estoy bendecida con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.

Tengo el poder del Espíritu Santo en mí y está obrando a través de mí para hacer todas las cosas que Dios me ha llamado a hacer.

¿Y quién eres tú?

Hoy, si el diablo se atreve a decirte que no sirves para nada, simplemente recuérdale quién eres y quién es él... un león derrotado sin dientes que  a todo gruñe.

Vamos a orar

Padre Celestial, a veces escucho al diablo. Sé que no debería, pero cuando él me dice que no soy suficientemente buena, mi corazón vacila. Ayúdame a derrotar las mentiras del diablo con Tu verdad. Ayúdame a vivir audazmente y a creer que soy quien Tú dices que soy.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

Busca los siguientes versículos y nota cómo Gedeón reaccionó cuando Dios lo llamó a una tarea poderosa. Jueces 6:11-23

¿Cómo llamó el ángel a Gedeón?

¿Cómo se veía Gedeón a sí mismo?

¿Cómo te llama Dios?

¿Cómo te ves a ti misma?

¿Quién tiene la razón?

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Traducción:  Norma Galvis

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