Cuando el Amor Duele
La Verdad de Hoy
“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. (Romans 8:38-39) NVI
Entre Amigas
Mami, mami,” gritaba Steven. “¡No dejes que me lastimen!”
Mi hijo, Steven, tenía casi 3 años cuando contrajo un severo caso de gripa. Su cuerpo desplomado se acurrucó apaciblemente en mi regazo como una vieja y gastada muñeca de trapo.
Cuando lo llevé a la clínica, el doctor rápidamente diagnosticó la deshidratación y de inmediato nos envió al hospital.
Mi corazón se desgarró en pedazos cuando las enfermeras amarraron a mi pequeño niño sobre una mesa y comenzaron a colocar intravenosas en sus diminutos brazos.
"Mami, mami", gritaba Steven. "¡Haz que paren! Me están lastimando."
"No, cariño", traté de asegurarle. "Ellos van a hacer que te sientas mejor."
"Mami, ¡ayúdame!"
Steven lloraba. Yo lloraba. Las enfermeras lloraban.
Solo podía imaginar lo que estaba pasando por la pequeña mente de Steven. ¿Por qué estas personas me están lastimando? ¿Por qué mamá no los detiene? Ella no me ama. Ella no me está protegiendo. Si me amara, no les dejaría hacer esto. Ella no se preocuparse por mí.
De pie en la esquina viendo llorar a mi pequeño, me preguntaba si cómo yo me estaba sintiendo es como Dios se siente cuando estoy atravesando una situación dolorosa que es para mi bien final. Clamo, "Dios, ¿por qué estás permitiendo que esto suceda? ¿No me amas? ¿No te importa lo que me está pasando? ¿Por qué no haces que esto pare?”
Fue una ilustración que no iba a olvidar pronto. Visualicé a Dios hablándome en mi dolor. No entiendes la razón del dolor. Quizá estás pensando que te he abandonado, pero yo nunca te dejaré. Quizá piensas que no te amo, pero te amo a la altura del cielo y la profundidad del mar. Quizá piensas que no me importa lo que te está pasando, pero estoy orquestando tus días y me preocupo por cada cabello en tu cabeza. Mis caminos son más altos que tus caminos y Mis pensamientos son más altos que tus pensamientos. Sí, me preocupo por ti y lo que te está sucediendo. Al final, esto te hará mejor.
C.S. Lewis, quien vio a su amada esposa morir de cáncer, lo expresó de esta manera: "Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero grita en nuestros dolores: es su megáfono para despertar a un mundo sordo". Debido a que Dios nos ama, desea más nuestra concordancia que nuestra comodidad. Permitir problemas, pruebas y dolor es una de las maneras en las que nuestro amoroso Dios lo hace. A nadie le gusta ser pinchado con una aguja filosa; pero si la aguja trae sanidad o previene un mayor sufrimiento en el futuro, es justo lo que necesitamos. La fe en Jesucristo no garantiza una vida fácil, sino una eternidad perfecta.
No sé por lo que estás pasando hoy. Podría ser el momento más difícil de tu vida. Pero sé que, durante los tiempos difíciles, el diablo te va a decir que Dios no te ama, no se preocupa por ti, o no va a hacer nada para ayudarte. No lo escuches. Es un mentiroso, un oportunista que busca momentos de vulnerabilidad para tratar de hacerte cuestionar el poder, la provisión y las promesas de Dios.
He aquí mi proceso cuando esas mentiras se abren paso en mis pensamientos.
· Date cuenta de la verdadera identidad del enemigo: El padre de las mentiras.
· Reconocer la mentira: Dios no me ama.
· Rechazar la mentira: Eso no es verdad.
· Reemplazar la mentira con la verdad: "estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna." (Romanos 8: 38-39)
Cuando nos sentimos como Steven lo hizo en la habitación del hospital, que nuestro Padre Celestial está parado en la esquina y no está haciendo nada, podemos saber que Él es. Jesús dijo: "Mi Padre aún hoy está trabajando, y yo también trabajo." (Juan 5:17 NVI)
Sin importar lo que estés pasando, recuerda esto:
Dios te ama.
Dios es bueno.
Dios quiere lo mejor para ti.
Dios siempre está trabajando en tu nombre.
Y puedes confiar en Él
Esa es la verdad.
Vamos a orar
Padre Celestial, a veces la vida es tan difícil. Voy a ser honesta, a veces, parece que estás en la esquina observando sin obrar. Sin embargo, sé en mi mente y en mi corazón que eso no es verdad. Te doy gracias por la verdad que Tú nunca me dejarás ni me abandonarás, y que siempre estás obrando para mi bien incluso cuando no puedo verlo.
En el Nombre de Jesús,
Amén.
Ahora es tu turno
¿A Él les importaba ellos y su situación?
¿Cómo Él les mostró que tenía un plan más grande?
¿Puedes creer que Dios tiene un plan más grande en tu situación hoy? Si es así, deja un comentario y ¡vamos a darte ánimo!
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Traducción: Norma Galvis.
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