La Manera más Poderosa para Orar



Agosto 20, 2018
La Manera más Poderosa para Orar
Gwen Smith

La Verdad de Hoy
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. (Juan 14: 13, NIV)

Entre Amigas

Hace varios años, estaba de camino a casa de hacer algunas diligencias.  Cuando me acercaba a nuestro vecindario, mi celular sonó.

"Hola mamá. Es Kennedy. ¿Dónde estás?"

"¡Hola, nena!   Hice algunas diligencias y estaré en casa en solo unos minutos. ¿Qué pasa?"

"Bueno, quería ver si tú y yo podríamos ir a comprar un traje de baño nuevo esta tarde y ─no digas que no, me gustaría ponerme una pluma en el pelo. ¿Podemos, mamá?

Oh. No.  Ella. ¡No!

¿No digas que 'no'?  Pensé. ¿En serio? Vamos chica. Soy la madre.  Tú eres la hija.  Contrólate.

"Cariño, estamos a varias semanas de la temporada de natación.  No estoy segura de que hoy sea un buen día para todo esto.  Eres libre de compartir tu corazón conmigo y contarme tus deseos, pero no puedes decirme a qué puedo y no puedo decirle que no.  Estoy entrando al vecindario ahora y te veré en un minuto ".

Más tarde, al considerar la manera en que mi hija se posicionó para su petición, mi corazón saltó con convicción. ¿Con qué frecuencia me acerco a Dios con una solicitud envuelta en una demanda para que él no me diga que no?

Jesús les dijo a sus discípulos que podían pedir cualquier cosa.  Incluso dijo que cuando le pedimos en Su nombre, lo que pidamos nos será dado.

"Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.  Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré." (Juan 14:12-14).

Consideremos el contexto aquí. Cuando Jesús dijo: " Lo que pidan," no fue una invitación abierta a que la voluntad del hombre reinara.  Fue una invitación para que el hombre participara en la voluntad de Dios a través de la oración.  Se trataba de nosotros pidiendo cosas que le van a dar gloria a Dios el Padre. Pedir "en mi nombre" tiene todo que ver con que la voluntad de Dios sea hecha en la tierra como en el cielo ─no con el capricho de la humanidad.

¿Está Dios obligado a responder nuestras oraciones de la manera que queremos que lo haga? No, no lo está.

¿Quiere Dios que tengas una casa de un millón de dólares y conduzcas un Lexus?  No es seguro.

¿Quiere Dios que seas sana de ese diagnóstico, enfermedad o desafío físico? Posiblemente.

¿Él es capaz?  Sí.

No conozco el plan exacto para tu vida, pero lo que sí sé es esto:  Dios es un Dios bueno y fiel.  "Las obras de sus manos son fieles y justas; todos sus preceptos son dignos de confianza, inmutables por los siglos de los siglos, establecidos con fidelidad y rectitud." (Salmos 111: 7-8).

Cuando se trata del carácter de Dios, la fidelidad no significa que Él siempre vendrá a nosotros de la manera que esperamos.  Significa que verá Sus planes hasta el final, que Él guardará Sus promesas, que Él continuará obrando en nuestras vidas para nuestro bien supremo ─no necesariamente nuestra felicidad inmediata.

Si pensamos que Dios no puede decirnos que no, entonces nos hemos puesto a nosotras mismas en el trono y no a Dios.

La oración no se trata de hacer que Dios haga lo que queremos que haga; se trata de liberar la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo (Mateo 6:10).  Él no cambia su forma de pensar y no es el genio de la lámpara cuyo deseo es nuestro mandato.  Dios es Dios ─y Él es fiel, sin importar en qué dirección Él se mueve.

Realmente amo a mi hija.  Pero solo porque ella me pide algo no significa que voy a concederle su petición.  La amo demasiado para eso.  Dios es nuestro Padre celestial.  Nuestro padre.  Él quiere hijos maduros, hijos sabios.  No hijos malcriados.  Él nos ama demasiado para eso.

Incluso Él le dijo "No" a Su propio Hijo con el fin de cumplir Su gran propósito.  En la noche en que fue traicionado, Jesús estaba angustiado al punto de sudar sangre en le Jardín de Getsemaní.  Clamando a Dios, “se arrodilló y empezó a orar: «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya»."(Lucas 22: 41-42).

Dios le dijo que no a Jesús porque el pedido de su Hijo no se alineaba con Su voluntad.  Y porque Dios dijo que no, tú y yo podemos experimentar la gracia, el perdón, la paz y la salvación.  Para que Dios fuera glorificado en Su vida, Jesús tuvo que someterse a la voluntad del Padre.  Para que Dios sea glorificado en nuestras vidas y para que nuestras oraciones sean poderosas, nosotros también debemos someternos a la voluntad del Padre ─y Su voluntad siempre es lo mejor para nosotras porque Él es fiel.

A veces las heridas de la vida nos dejan tambaleantes.

A veces Dios permite pruebas y tentaciones que parecen insoportables.

Incluso en tiempos difíciles y cambiantes, Dios sigue siendo el mismo y se puede confiar en él. Debemos elegir confiar. Y esa elección está directamente relacionada con la promesa de bendición. "Oh Señor Todopoderoso, bendito es el hombre que confía en ti" (Salmos 84:12)

No importa por lo que estés orando, puedes confiar en Dios, sea que Su respuesta sea “Sí” o “No”.

Vamos a orar

Amado Señor, El Único Fiel, Tú eres mi Padre y yo sé que tienes un plan para mí.  Por favor sujétame a Tu voluntad y enséñame el deseo de Tu corazón por encima de todo lo demás.  Ayúdame a aferrarme inquebrantablemente a la esperanza que profeso, sabiendo que Tú eres fiel (Hebreos 10:23).

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

A pesar de nuestros caminos errantes, Dios permanece firme.  Lee y reflexiona en el siguiente versículo: “si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo.” (2 Timoteo 2: 13).  ¿Cómo te anima este versículo? ¿Has estado orando para que el Señor responda de acuerdo con Su voluntad o de acuerdo con la tuya? 

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Traducción:  Norma Galvis

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