¡Yo lo Hago Sola!


Agosto 13, 2018
¡Yo lo hago Sola!
Mary Southerland

La Verdad de Hoy
Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. (2 Corintios 12:9, NIV).

Entre Amigas
Fui criada para ser una mujer independiente y autosuficiente. A temprana edad, aprendí que, si quería que algo se hiciera bien, tenía que hacerlo yo misma.  En consecuencia, cuando los tiempos difíciles llegan, mi primera respuesta es a menudo es asegurarle a Dios y a todo el mundo que soy totalmente capaz de manejar lo que se que la vida me lance.  Como el niño pequeño terco, insisto que puedo “¡hacerlo yo solo!”  He entrenado mi mente y mi corazón para creer la mentira que estoy en control de mi destino, que soy totalmente capaz de llevar las riendas de mi propia vida, y que estoy preparada para tomar mis propias decisiones.  En otras palabras, estoy jugando a ser Dios.

Hace unos años, me sometí a lo que pensé que iba a ser un sencillo procedimiento médico, pero cuando me desperté en la recuperación, supe que estaba en problemas.  De acuerdo con la doctora, la cirugía salió muy bien, pero ella no esperaba encontrar tanto tejido cicatricial y trabajo de reparación por hacer, y ciertamente yo no esperaba experimentar el nivel de dolor, irritación, e incapacidad para funcionar que me desbordó.

Estaba básicamente desvalida.

Me había dado diez días completos para la recuperación, pero era brutalmente obvio que esa recuperación se iba a tardar mucho tiempo en llegar.  De hecho, esos diez días que habían sido tan generosamente sacados de mi agenda, se convirtieron en meses de dolorosa y lenta recuperación.  Podía sentir que me estaba deslizando dentro de ese familiar hoyo de oscuridad.

Tengo un problema con el orgullo.  Ha sido siempre extremadamente difícil para mi aceptar ayuda.  Recuerda... fui criada para ser fuerte e independiente.  Cuando alguien me preguntaba qué podía hacer para ayudar durante mi recuperación, automáticamente respondía con un, “Estoy bien.  Te haré saber si necesito algo.”  Afortunadamente, mis familiares y amigos me conocen bien e ignoraron esa absurda afirmación cuando pasaron por encima de mi orgullo.  Trajeron comidas, limpiaron mi casa, lavaron la ropa, asumieron mis responsabilidades de charlas y enseñanza, y cuidaron de nuestro nieto recién nacido mientras nuestra hija asistía a la escuela tres días a la semana.  Ni siquiera podía salir de la cama o bajar las escaleras sin ayuda –y eso ¡no me gustaba ni un poquito!  De hecho ¡estaba furiosa!  ¿Por qué?

Detesto estar desvalida.

El mundo dice que cuando estamos indefensos... somos débiles.  En la economía de Dios, lo opuesto es verdad.  Nuestra indefensión es una invitación para que Dios aparezca y se muestre en nuestra vida a través de la debilidad que desesperadamente intentamos ocultar o disfrazar.

Dios lo llama orgullo.

El orgullo es la gangrena del alma y la adoración del “yo.”  El orgullo se opone a la realidad de que somos mortales y se niega a admitir que hay límites para la auto ayuda. 

La humildad celebra nuestra desesperada necesidad de Dios y de los demás.
Haga a un lado cualquier circunstancia con la que este luchado hoy.  Invite a Jesús a establecer su residencia en esa circunstancia y hacer lo que tú no puedes.  Descansa en Su fortaleza y poder en lugar de intentar hacerlo por tu cuenta.


Vamos a Orar

Padre, estoy cansada de intentar hacer la vida por mi cuenta.  Realmente no puedo hacerlo yo misma.  Hoy, hago a un lado mi orgullo y mi ego y elijo descansar en Tu fortaleza en lugar de en la mía propia.  Gracias por obrar en los lugares rotos de mi vida. Te amo, Señor.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

Derrama tu corazón en tu Dios, pidiéndole que revele los lugares oscuros y rotos de tu vida.  Mientras Él lo hace, regístralos en tu diario.  Admite tu indefensión y celebra Su suficiencia.  Sé honesta contigo misma y con Dios.  Lee Salmos 40:1-3 cada día y reclama la promesa de Dios para ti.
Más de las Amigas GIG

Mi libro, Esperanza en Medio de la Depresión, es mi historia de desesperación, quebrantamiento, y restauración.  Es también la historia del poder de Dios para ayudarte a superar la depresión en tu vida, y ofrece maneras prácticas para que puedas ayudar a alguien que amas a lidiar con la depresión.  Revísalo.

Y asegúrate de contactar a Mary en Facebook o por email.


Traducido del Devocional del Ministerio Girlfriends in God, por Norma Galvis. ncgalvis@yahoo.com


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