Cuando no Deseas Volver a la Manera en que Eras
La Verdad de Hoy
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y
renueva la firmeza de mi espíritu.” (Salmos 51:10 NVI.)
Entre Amigas
Acabo de quitarme los frenillos dentales ... otra vez.
He tenido frenillos en mis dientes superiores tres veces. Cuéntalas. Uno. Dos. Tres.
Como explicó el ortodoncista, "Los dientes tienen
memoria". Siempre quieren volver a
ser como eran ".
Tan pronto como dijo esas palabras, me sentí culpable. Tengo una tendencia a volver a la forma en que
era.
Todos lo hacemos.
Karen (no es su nombre real) admitió haber destruido por sí sola
su matrimonio con una frialdad pasiva agresiva, palabras destructivas y una
falta de respeto de la peor clase. Después
de que su esposo se alejó del matrimonio, ella tuvo un tiempo del Espíritu
Santo y se dio cuenta de lo que había hecho. El corazón de Karen se ablandó y juró que
nunca volvería a ser esa mujer.
Ella se sumergió en el estudio de
la Biblia y comenzó a orar por su exesposo a pesar de que el matrimonio había
terminado. Karen adquirió el bello brillo
santo de una mujer que sabía que había sido totalmente perdonada y
completamente amada por Dios. Milagrosamente, su exesposo vio el cambio, ¡y
el matrimonio fue restaurado!
Sin embargo, después de unos años, el comportamiento destructivo
comenzó a infiltrarse nuevamente.
Una palabra aquí.
Un hombro frío allí.
Un encierro en sí misma por semanas seguidas.
Diez años después de la restauración milagrosa, el matrimonio se
estrelló y se quemó.
"Los dientes tienen memoria. Siempre quieren volver a ser como eran ".
Jesús vio esta tendencia a caer en
las viejas costumbres cuando limpió el templo. Al comienzo de su ministerio, después de su
primer milagro de convertir el agua en vino en las bodas de Caná, viajó a
Jerusalén para celebrar la Pascua.
"Y en el templo halló a los
que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que
cambiaban dinero. Entonces, haciendo un
látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus
bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus
mesas. A los que vendían las palomas les
dijo: ¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en
un mercado?'"(Juan 2:14-16 NIV)
Tres años más tarde, durante su última semana de vida en la
tierra, Jesús se encontró nuevamente con el caos profano.
"Jesús entró en el templo y
echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que
cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. «Escrito está —les dijo—: “Mi casa será
llamada casa de oración”; pero ustedes la están convirtiendo en “cueva de
ladrones”».” (Mateo 21:12-13 NVI).
¿Cómo ocurrió la corrupción la
segunda vez? No creo que todo esto
sucediera inmediatamente. Después de que
Jesús limpió el templo inicialmente, sospecho que se mantuvo así por un tiempo.
Pero un día, un cambista montó su mesa. Luego, otro trajo algunas aves, seguidas por
un par de ovejas, y luego llegó una vaca.
Lo siguiente que sabes, es que el templo no era distinto de lo que
era antes de que Jesús lo despejara y lo limpiara tres años antes. En tres años había vuelto a ser un caos profano.
Y Dios me susurra al oído: “¿Acaso no saben que su cuerpo es
templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte
de Dios? Ustedes no son sus propios dueños" (1
Corintios 6:19 NVI).
A veces yo soy ese templo caótico.
El comportamiento pecaminoso
debidamente barrido, pensamientos poco piadosos, y emociones a punto de saltar
al acantilado, están ansiosos por volver a aparecer en todo momento. Depende de mí (y de ti) mantener el templo
limpio.
Quizá has tenido un tiempo del Espíritu Santo en algún momento de tu
vida ─un tiempo que te causó un gran cambio en tu estilo de vida.
Pero, por el momento, para mantener el impulso, debemos estar constantemente
conscientes de nuestra tendencia a revertir... a volver a ser como éramos.
Estoy tan agradecida de que Jesús
regresara a limpiar el templo una segunda vez. Esto me hace saber que Él va graciosamente a regresar
a mi desordenado ser una y otra vez con escoba en mano.
No sé de ti, pero no quiero volver a la forma en que era. Si estás dispuesta a tomar un momento, y
pedirle a Dios si hay algo que has permitido que entre furtivamente de vuelta,
acompáñame en oración con el Salmo 51 a continuación.
Luego, deja un comentario y di: "¡Lo estoy haciendo
hoy!"
Vamos a orar
Ten compasión de mí, oh Dios,
conforme a Tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis
transgresiones. Lávame de toda mi
maldad. Contra ti he pecado, sólo contra
ti, y he hecho lo que es malo ante Tus ojos, por esto, Tu sentencia es justa, y
Tu juicio irreprochable. Crea en mí, oh
Dios, un corazón limpio y renueva la firmeza de mi espíritu.
En el Nombre de Jesús,
Amén.
Ahora es tu turno
¿Puedes pensar en algunas conductas o hábitos que te hayas
comprometido a cambiar en el pasado, pero que se han metido furtivamente de
vuelta en tu vida?
Si es así, la tarea de hoy es sencilla, pero no es fácil. Renueva tu compromiso de limpiar el templo
una vez más. Luego coopera con el
Espíritu Santo para mantener tu resolución.
Recuerda, las misericordias de Dios son nuevas cada mañana.
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Nada impide que los viejos hábitos
vuelvan a meterse furtivamente como la oración. Una de las maneras en que mantengo fuerte mi
matrimonio es orando con las Escrituras por mi esposo. En Praying for Your Husband from
Head to Toe, Cómo Orar por Tu Esposo de la Cabeza a los Pies, trazo dieciséis
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Traducción: Norma Galvis.
La gratitud me motiva a no volver atrás.
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