No Puedo Atar Esto con un Lazo Bonito




Mayo 15, 2019
No Puedo Atar Esto con un Lazo Bonito
Gwen Smith

La Verdad de Hoy


Entre Amigas

Mis centros y yo estamos obsesionados con el programa de televisión Person of Interest (Vigilados). La trama es de ritmo rápido, y presenta a dos personajes principales, John Reese y Mr. Finch, un ex agente de la CIA, presumiblemente muerto, y un misterioso multimillonario experto en tecnología. El dúo previene los crímenes usando la tecnología y hacen justicia por mano propia. Brad y yo vemos la maratón del programa en Netflix cuando el tiempo lo permite y estamos deprimidos, solo tenemos cinco temporadas para disfrutar.

Cada episodio presenta personajes complicados en situaciones críticas. Situaciones de vida y muerte. Las tensiones siempre aumentan y las personas a menudo miran por encima del hombro para ver quién podría estar detrás de ellas. Como puedes imaginar, lo que no veo a menudo mientras veo Person of Interest son las personas en peligro, paseando casualmente con las manos en los bolsillos.

Cuando tenemos las manos en los bolsillos, generalmente significa que estamos relajados ... que nuestra guardia está baja ... que somos neutrales --no estamos a la ofensiva ni en defensa de nada.

Cuando tenemos las manos en los bolsillos, no estamos preparados para resistir los golpes de un enemigo.

Cuando tenemos nuestras manos en los bolsillos, no podemos atacar a un enemigo. (Nunca ves las fotos de los soldados en batalla con las manos en los bolsillos.)

Es raro ver a las personas en un "rincón oscuro" (v20) caminando con las manos restringidas. Si estoy en un lugar oscuro –un lugar difícil de ver o un lugar aterrador –mis manos están arriba. Estoy intentando sentir los muros o las barreras que me pueden hacerme tropezar. Estoy intentado prevenir el daño y evitar salir huyendo de las cosas.

Cuando considero esta postura de las manos en los bolsillos, tiene sentido que el salmista usara este tipo de ilustración al expresar su frustración con Dios por no proteger a Su pueblo. Es como si estuviera levantando sus manos al cielo y desafiando el interés de Dios en las cosas de la tierra. Él se pone un poco valiente, y esencialmente le levanta la voz. ¿Por qué no estás haciendo nada al respecto, Dios? ¡Estos tipos se están burlando de ti y destruyeron Tu santuario! ¡Han insultado Tu nombre! ¡Despierta! ¡Levántate! ¡No dejes que se salgan con la suya! ¡Deja de ignorar la devastación que está teniendo lugar y protege a Tu pueblo! ¿Ya vas a sacar tus manos de tus bolsillos?

¿Por qué retraes tu mano, tu mano derecha? ¿Por qué te quedas cruzado de brazos?” (Salmos 74:11)

“Levántate, oh Dios, y defiende tu causa; recuerda que a todas horas te ofenden los necios." (Salmo 74:22)

¡Hombre! yo siento eso. Incluso hoy en día.

Siento eso cuando pienso en los distritos de zona roja que trafican con la humanidad, destruyen la dignidad y celebran la esclavitud. Siento eso cuando pienso en los bebés indefensos que están desprotegidos de la muerte en nombre de la salud de la mujer. Siento eso cuando veo a una tonta enamorada que tira ciegamente las bendiciones de Dios para alcanzar las abrasadoras delicias turcas que el enemigo la ha convencido que ella merece.

Sí. Entiendo por qué el salmista estaba frustrado con la percibida distancia de Dios.

Lo hago. El mal es exasperante.

Sin embargo, entiendo por qué la Biblia nos muestra que Su paciencia con nosotros a menudo es baja. Como sociedad, tratamos de mantener a Dios fuera de nuestras leyes, nuestras decisiones, nuestros calendarios y nuestra moralidad, pero queremos que Él se muestre como un superhéroe iluminado cuando la oscuridad y el desánimo presionan. Vemos a lo destrozado y queremos la belleza, pero no necesariamente queremos el señorío de Aquel que hace que todas las cosas sean hermosas.

Este capítulo me recuerda que cuando nos sentimos olvidadas, rechazadas o aplastadas ... cuando parece que Dios tiene Sus manos en los bolsillos y es obvia la obra del enemigo ... como el salmista, podemos orar honestamente, sabiendo que Él escucha.

Podemos equilibrar los lamentos languidecidos con reverencia y remembranza.
No puedo envolver esto con un bonito lazo. Es algo difícil. Sin embargo, es reconfortante saber que incluso cuando el tiempo y el silencio de Dios nos dejan sacudiendo nuestras cabezas, la verdad es que Él se ha movido poderosamente en y a través de las cenizas de la destrucción en el pasado y todavía está trabajando a nuestro alrededor hoy.

Vamos a orar

Santo Padre,

Tú conoces las ampollas en nuestras casas y las cargas de nuestros corazones. Por favor ayúdanos. Sana nuestra tierra. Cierra la boca del temor. Aplasta las cadenas que nos atan, y diezma la oscuridad con la luz. Haz que todas las cosas malas sean buenas por causa de Tu nombre, Señor.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

En una escala de 1 a 10, ¿qué tan honestas son tus oraciones? Pasa un tiempo en oración. Ve más allá de tu lista de cosas y de las personas que te gustaría que Dios arreglara y enfócate en quién es Él. Alaba. Da gracias.

Más de las Chicas GiG

OFERTA ESPECIAL: si el mensaje de hoy es donde estás y necesitas más ayuda práctica, tenemos un recurso llamado Trusting God, Confiando en Dios. Gwen está ofreciendo un 20% de descuento en el libro Trusting God desde su página web cuando usas el código de cupón: 20OFF. Haz Clic aquí para obtener el tuyo ahora.

Si quieres leer y estudiar la Biblia, pero no sabes dónde empezar, ¡esto es para ti! La coofundadora de Girlfriends in God, Gwen Smith, tiene varias opciones en línea de Estudio Bíblico  que te guiarán en tu viaje personal con el Señor mientras lees, registras, reflexionas, y respondes a Su Palabra. Esos estudios te van a ayudar a saber qué dice Dios sobre temas delicados como el perdón, la sanidad, el temor, la depresión, las relaciones, y la esperanza. Cada estudio se puede hacer desde la comodidad de tu casa y en un marco de tiempo que se ajusta a tu horario personal. Visita www.GwenSmith.net/BibleStudy para más información.

Traducción:  Norma Galvis

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Codicia Huele Mal

Qué Tienen de Común Tú y la Mujer Maravilla