Haz Todo lo Posible por Hacer Esto
La Verdad
de Hoy
Por lo tanto, esforcémonos por promover
todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.(Romanos 14:19)
Entre
Amigas
Tengo muchas opiniones, no voy a mentir. Tú también, ¿cierto? Voy a ir
incluso un paso más allá suponiendo que tus opiniones y mis opiniones no están
perfectamente sincronizadas. ¿De acuerdo?
Las diferencias de opinión entre las personas son más numerosas que los
granos de arena en el océano. Los asuntos disputables en la iglesia no son la
excepción. Las libertades y las convicciones no son las mismas en cada corazón.
Desafortunadamente, estas zonas de contención pueden causar conflicto en
nuestros corazones, relaciones y comunidades de fe si se lo permitimos.
Mi familia y yo nos metimos en una situación recientemente que causó algunos
daños y confusión. La percepción y las convicciones de otro nos fueron
impuestas, y las consecuencias no fueron nada pacíficas. Gran parte de esto fue
un malentendido sobre una publicación en las redes sociales, pero la reacción estuvo
recubierta de juicio y acusación.
Sufrimos y oramos sobre cómo responder de una manera que honrara a Dios.
Mi familia y yo hablamos sobre las respuestas guiadas por la carne (venganza,
actitud defensiva, etc.) versus respuestas guiadas por el Espíritu (humildad,
amor, gracia, perdón) y, con toda honestidad, también luchamos con sentimientos
de dolor justificadamente inflamados.
Pablo habló de este tipo de tensiones en la iglesia en la carta que
escribió a los creyentes en Roma. Explicó que las libertades que tenemos en Cristo
deben manejarse con responsabilidad, en amor, y que debemos tener cuidado de no
permitir que nuestras libertades hagan que una persona de fe más débil (o de
distintas convicciones) tropiece.
Permíteme ser clara, esta no es una conversación sobre actividades
bíblicas que están claramente prohibidas o tratadas. Se trata de que creamos
nuestras propias reglas y expectativas sobre cómo otros creyentes deben o no
deben comportarse, pensar o creer. {Agáchate, amiga, porque estamos a punto de
ir allá.}
El capítulo 14 de Romanos aborda este tema de frente.
Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. A
algunos su fe les permite comer de todo, pero hay quienes son débiles en la fe,
y solo comen verduras. El que come de todo no debe menospreciar al que no come
ciertas cosas, y el que no come de todo no debe condenar al que lo hace, pues
Dios lo ha aceptado. ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se
mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en
pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo. (Romanos
14: 1-4)
Incluso cuando los demás nos hieren con acusaciones y expectativas
diferentes, Dios puede, y les va a enseñar con ternura, y va a sanar los
corazones que intentan andar en Sus caminos. En la tensión de nuestro reciente
desafío familiar, busqué lecciones que se encuentran en la Palabra de Dios.
Los escritos de Pablo a los creyentes en Roma me llevan a considerar
algunas directivas sobre el corazón:
ACÉPTALOS: ¡Gah! No
des un paso al costado, no seas severo, apartado, ni rechaces a esa persona.
(V1)
NO CONTIENDAS: Los seguidores de Cristo tienen diferentes
opiniones. Cuando un creyente tiene opiniones y convicciones diferentes, debo
preocuparme por mis propias convicciones de fe, no hagas revuelo ni te quejes
por las suyas. (V1)
NO JUZGUES: Debería actuar de acuerdo con mi conciencia porque
soy responsable ante Cristo. (V12) Y cuando otro creyente tiene convicciones
diferentes, no debo juzgarlas. (V4,13)
Pablo continuó instruyendo a los creyentes romanos en el capítulo 14 con
esto ...
Tú, entonces, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú, ¿por qué lo
menosprecias? ¡Todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios! Está
escrito: «Tan cierto como que yo vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda
rodilla y toda lengua confesará a Dios». Así que cada uno de nosotros tendrá
que dar cuentas de sí a Dios. Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más
bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. Yo, de mi parte,
estoy plenamente convencido en el Señor Jesús de que no hay nada impuro en sí
mismo. Si algo es impuro, lo es solamente para quien así lo considera. (V.
10-14)
Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas, sino de
justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo. El que de esta manera sirve a
Cristo agrada a Dios y es aprobado por sus semejantes. Por lo tanto,
esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua
edificación. (V. 17-19)
Estas Escrituras también me llevan a buscar en mi corazón:
¿Estoy decidido a no poner ningún obstáculo u obstáculo en el camino de
otro creyente?
¿Estoy haciendo TODO EL ESFUERZO
para hacer lo que conduce a la paz?
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es NO, entonces estoy
violando el estándar Bíblico de Dios y necesito humildemente ponerme en
contacto con Él sobre el tema. {Cálido y borroso, ¿cierto?!}
La verdad es verdad y la Palabra es la Palabra. Seguir a Cristo no
siempre es fácil, pero siempre es lo mejor y es siempre lo que le da a Él la
gloria que Él merece.
La Biblia llama a los creyentes a la unidad, el amor
y la paz en Cristo ─incluso cuando diferimos en las opiniones. Cuando todo está
dicho y hecho, honras a Dios cuando hacemos todo el esfuerzo de amar bien y
alineamos nuestros corazones con las enseñanzas de Su Palabra. ¿Me acompañarías
hoy?
Vamos a orar
Amado Señor, perdóname por las veces en que
estoy más preocupada sobre la convicción de los demás que por la mía. Ayúdame a
aceptar las creencias de los demás sin pelear ni juzgar, y evita que haga o
diga algo que pueda hacer a otros tambalear en su fe.
En el Nombre de Jesús,
Amén.
Ahora es tu
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Traducción: Norma
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