Cuando Estás en el Hoyo
La Verdad de Hoy
Puse en el Señor toda mi
esperanza[1]; él se inclinó hacia mí y escuchó
mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis
pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. (Salmos 40:1-2, NVI)
[1] Pacientemente esperé al SEÑOR,
Nueva Versión Internacional en Inglés, o RVR.
Entre Amigas
¿Alguna
vez te has sentido atrapada e indefensa en una situación fuera de tu control?
Recuerdo estar literalmente atrapada en un hoyo,
incapaz de levantarme. Hace años, mi
familia de cinco personas estaba caminado por unos acantilados con vista al
Océano Pacífico. Mi esposo James fue con
nuestra hija Noelle por un camino más desafiante. Mi hijo Ethan se quedó conmigo y Lucy, que
tenía aproximadamente 18 meses en ese momento. Mientras caminábamos, el camino de tierra se
hundió dos pies (aprox. 60 cms.) en un gran agujero por el que teníamos que pasar antes de volver a pisar el sendero.
Pensé que tenía todo bajo control. Pero cuando puse mi pie en el suelo, mi
tobillo se giró, y fui lanzada hacia ese agujero de tierra, agarrando a la
pequeña Lucy por mi vida. La había
estado cargando dado que el camino de tierra era irregular. Los ángeles deben haberla rodeado porque ella
no tuvo ningún rasguño o moretón en esa caída. Absorbí el impacto con mi hombro. Mis manos estaban todas rasguñadas y no podía
mover mi tobillo derecho.
Ethan, que tenía seis años, parecía estar petrificado.
Aunque yo también estaba petrificada, permanecí
en calma con el fin de tranquilizarlo. "Estoy bien", dije. "Solo me
lastimé el tobillo. Vamos a estar bien. Simplemente grita pidiendo ayuda."
Comenzó a gritar a todo pulmón: "¡Auxilio!
¡Auxilio! Entre sus gritos, yo gritaba "¡James!
" y Lucy gritaba "¡Papi!" Pero nadie nos escuchaba, y nadie
vino.
Por lo general, se requiere paciencia cuando te
quedas atrapado en un hoyo.
Oramos, "Señor, envía a alguien para que me
saque de este agujero". Fue la
primera vez que recuerdo que me sentí totalmente indefensa como madre. Estaba recostada sobre mi espalda, sosteniendo
a Lucy, incapaz de levantarme por mi cuenta. Estábamos solos en un camino. Estábamos contando con Dios.
Se sintió como un largo tiempo, pero después de unos
cuantos minutos, una mujer escuchó los gritos de Ethan en busca de ayuda. Levantó a Lucy del agujero y luego comenzó a
sacarme. Tenía un lugar firme para estar
de pie una vez más. Ella dijo: "Ven
a ayudar a Ethan", y pensé, guau, ¿cómo sabe el nombre de mi hijo?
Pero era su Ethan, un chico de secundaria que entró
en escena y me ayudó a ponerme de pie. Cinco
minutos después, James y Noelle aparecieron a la vista. Gritamos y agitamos los
brazos frenéticamente como pasajeros varados en una isla desierta. Llegamos a urgencias y afortunadamente mi pie
no se rompió. Fue solo un esguince. Escribí algunas lecciones en mi diario después
de que ese paseo de esparcimiento salió mal:
Permanezcan juntos en familia. No se dividan. Hay fortaleza en permanecer juntos.
Cuando estés en un hoyo, mantén la calma. Ora y pide la ayuda de Dios. Él la enviará ─tal vez de maneras inusuales.
Sé paciente con el proceso.
Tal vez estés en un momento de crisis en este
momento. A lo mejor los problemas
físicos te tengan tendido boca arriba. Cuando te encuentres en uno de los agujeros de
la vida, ora. Grita a todo pulmón,
"¡Papi!!!" Y prometo que Dios
escuchará tu oración y vendrá. Él pondrá
tus pies sobre una roca y te dará un terreno firme para plantarte.
Vamos a orar
Padre, gracias porque Tú me oyes
cuando clamo por ayuda. Cuando esté en
un hoyo, Te pido que me levantes y pongas mis pies en terreno firme. Ayúdame a ver Tu propósito en el viaje en el
que estoy. Que yo pueda evitar la
tentación y las trampas. Mantenme
caminando en fe todos los días.
En el Nombre de Jesús,
Amén.
Ahora es tu turno
El versículo siguiente a nuestro
versículo clave de hoy es Salmos 40:3 “Puso en
mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios.” Toma un
momento para alabar a Dios, cantando una canción de alabanza y dándole las
gracias a Él. La alabanza nos saca del
hoyo y nos entra en la presencia de Dios.
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familia? El libro de Arlene 31 Days to Becoming a Happy Mom
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Traducción: Norma Galvis
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