Cuando Estás en el Hoyo



Septiembre 14, 2018
Cuando Estás en un Hoyo
 Arlene Pellicane
La Verdad de Hoy
Puse en el Señor toda mi esperanza[1]; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. (Salmos 40:1-2, NVI)

[1] Pacientemente esperé al SEÑOR, Nueva Versión Internacional en Inglés, o RVR.


Entre Amigas

¿Alguna vez te has sentido atrapada e indefensa en una situación fuera de tu control?

Recuerdo estar literalmente atrapada en un hoyo, incapaz de levantarme.  Hace años, mi familia de cinco personas estaba caminado por unos acantilados con vista al Océano Pacífico.  Mi esposo James fue con nuestra hija Noelle por un camino más desafiante.  Mi hijo Ethan se quedó conmigo y Lucy, que tenía aproximadamente 18 meses en ese momento.  Mientras caminábamos, el camino de tierra se hundió dos pies (aprox. 60 cms.) en un gran agujero por el que teníamos que pasar antes de volver a pisar el sendero.

Pensé que tenía todo bajo control.  Pero cuando puse mi pie en el suelo, mi tobillo se giró, y fui lanzada hacia ese agujero de tierra, agarrando a la pequeña Lucy por mi vida.  La había estado cargando dado que el camino de tierra era irregular.  Los ángeles deben haberla rodeado porque ella no tuvo ningún rasguño o moretón en esa caída.  Absorbí el impacto con mi hombro.  Mis manos estaban todas rasguñadas y no podía mover mi tobillo derecho.

Ethan, que tenía seis años, parecía estar petrificado.  Aunque yo también estaba petrificada, permanecí en calma con el fin de tranquilizarlo.  "Estoy bien", dije. "Solo me lastimé el tobillo. Vamos a estar bien. Simplemente grita pidiendo ayuda."  Comenzó a gritar a todo pulmón: "¡Auxilio! ¡Auxilio! Entre sus gritos, yo gritaba "¡James! " y Lucy gritaba "¡Papi!" Pero nadie nos escuchaba, y nadie vino.
Por lo general, se requiere paciencia cuando te quedas atrapado en un hoyo.

Oramos, "Señor, envía a alguien para que me saque de este agujero".  Fue la primera vez que recuerdo que me sentí totalmente indefensa como madre. Estaba recostada sobre mi espalda, sosteniendo a Lucy, incapaz de levantarme por mi cuenta.  Estábamos solos en un camino.  Estábamos contando con Dios.

Se sintió como un largo tiempo, pero después de unos cuantos minutos, una mujer escuchó los gritos de Ethan en busca de ayuda.  Levantó a Lucy del agujero y luego comenzó a sacarme.  Tenía un lugar firme para estar de pie una vez más.  Ella dijo: "Ven a ayudar a Ethan", y pensé, guau, ¿cómo sabe el nombre de mi hijo?

Pero era su Ethan, un chico de secundaria que entró en escena y me ayudó a ponerme de pie. Cinco minutos después, James y Noelle aparecieron a la vista. Gritamos y agitamos los brazos frenéticamente como pasajeros varados en una isla desierta.  Llegamos a urgencias y afortunadamente mi pie no se rompió.  Fue solo un esguince.  Escribí algunas lecciones en mi diario después de que ese paseo de esparcimiento salió mal:

Permanezcan juntos en familia. No se dividan.  Hay fortaleza en permanecer juntos.

Cuando estés en un hoyo, mantén la calma.  Ora y pide la ayuda de Dios.  Él la enviará ─tal vez de maneras inusuales.

Sé paciente con el proceso.

Tal vez estés en un momento de crisis en este momento.  A lo mejor los problemas físicos te tengan tendido boca arriba.  Cuando te encuentres en uno de los agujeros de la vida, ora.  Grita a todo pulmón, "¡Papi!!!"  Y prometo que Dios escuchará tu oración y vendrá.  Él pondrá tus pies sobre una roca y te dará un terreno  firme para plantarte.

Vamos a orar

Padre, gracias porque Tú me oyes cuando clamo por ayuda.  Cuando esté en un hoyo, Te pido que me levantes y pongas mis pies en terreno firme.  Ayúdame a ver Tu propósito en el viaje en el que estoy.  Que yo pueda evitar la tentación y las trampas.  Mantenme caminando en fe todos los días.

En el Nombre de Jesús,

Amén.

Ahora es tu turno

El versículo siguiente a nuestro versículo clave de hoy es Salmos 40:3 “Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios.” Toma un momento para alabar a Dios, cantando una canción de alabanza y dándole las gracias a Él.   La alabanza nos saca del hoyo y nos entra en la presencia de Dios.

Más de las Chicas GiG

¿Estás desanimada en tu familia?  El libro de Arlene 31 Days to Becoming a Happy Mom 31 Días para Convertirte en una Madre Feliz, te puede ayudar a permanecer en terreno firme como madre.  Aprende más sobre Arlene y encuentra recursos gratuitos para tu hogar en su página web.


Traducción:  Norma Galvis






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